Por Francisco J. Rosado May
Para todos es conocida la situación que tenemos enfrente. Una situación de emergencia que ha provocado condiciones para saber quien y como se desarrolla la solidaridad y quien o quienes y como abusan de la situación.
La solidaridad hace más llevadera la situación y construye comunidad preparándonos para enfrentar con éxito el reto de salud y de economía que tenemos enfrente. Y no es un reto menor.
El abuso crea condiciones de stress comunitario, innecesario, agrava la situación y provoca que las medidas de contingencia estén en riesgo. ¡Pero que necesidad!
Después de escuchar las noticias y proyecciones de escenarios para México y Quintana Roo y estando consciente que posiblemente se restrinja totalmente la movilidad en unos días, así como la obligación de atender necesidades de familiares, tuve que viajar ayer de José María Morelos a Tulum y luego a Felipe Carrillo Puerto. Me preparé lo mejor que pude, estoy capacitado para poner en práctica todas las medidas de prevención y con el equipamiento correspondiente, salí alrededor de las 8:00 am.
En la salida de JMM no hubo ningún filtro, entrando a FCP tampoco había alguno. No me detuve en FCP, decidí ir directamente primero a Tulum. A la salida de FCP rumbo a Tulum, tampoco había filtro sanitario alguno. A la entrada de Tulum había uno, pero no me detuvieron, el paso estaba libre.
Terminé mis actividades en Tulum y salí rumbo a FCP. Alrededor de las 11:30 am, tomé la desviación acostumbrada donde intersecta el libramiento con la carretera Tulum-FCP. Ahí había un retén policial que no detenía el tránsito pero que no permitía el paso acostumbrado para retomar la carretera Tulum-FCP. Entonces me detuve y les pregunté que pasaba. La respuesta fue que por la contingencia no estaban permitiendo el paso, que si quería entrar a FCP tenía que pagar el peaje. ¡GRAN SORPRESA!
Vaya, ni tenían aparato para medir temperatura, no ofrecían información, mucho menos daban algún folleto informativo. NADA, absolutamente nada relacionado con la contingencia. La orden era que el que quería entrar a FCP tenía que pasar por el libramiento y pagar el peaje. Adjunto la grabación de voz que hice sobre al intercambio de palabras con los policías. Afortunadamente no crearon alguna situación difícil al notar que estaba grabando. No oculté el hecho, incluso uno de ellos, quizá el jefe, dijo que no había problema.
Sin opción alguna, para poder entrar a mi propio pueblo, tuve que hacer el recorrido y pagar los $29.00 que me cobraron. En la caseta me explicaron que debido que yo había usado el libramiento, tenía que pagar. También hice una grabación de este intercambio y tampoco hubo impedimento alguno, ellos veían que claramente estaba yo grabando. Cuando pregunté en la caseta quien dio la orden para ese hecho de impedir que transite uno por la vía acostumbrada, me dijeron que fue el municipio. Adjunto la grabación.
Lo anterior contrasta enormemente con otras medidas que por iniciativas de gobierno o comunitarias, están haciendo un número cada vez mayor de ciudadanos en FCP y en JMM.
Es cada vez mas visible que la gente está observando las recomendaciones. Guardan la distancia, evitan los saludos acostumbrados, procuran la higiene adecuada de las manos. Hay iniciativas también de ayuda comunitaria. Por ejemplo, en una gasolinera en FCP se puede ver una enorme manta con un letrero que invita a la población a donar y tomar productos que son necesarios para sobrellevar la crisis. Esta es una forma de trueque, es decir, se recupera la memoria histórica de como las comunidades enfrentan colectivamente los retos.
Muy notoria la diferencia entre el esfuerzo ciudadano y lo que hace el ayuntamiento de FCP asumiendo que en realidad la medida de obligar a pagar para entrar en mi propio pueblo surgió de ahí. En caso de ser cierto, favor de corregir la medida. En caso de no ser cierto, favor de tomar las medidas correspondientes.
Sé que en estaciones de radio locales de FCP y otros medios, se ha comentado el problema en la carretera. Sé que diferentes medios han dado cuenta de los esfuerzos ciudadanos. Sé que la molestia está creciendo. Sé que voy a incomodar a algunas personas con esta nota, pero sé también que la voz ciudadana debe escucharse y escucharse fuerte. Esta es una protesta ciudadana por las malas decisiones que está tomando alguien insensible, y yo diría también irresponsable.
Es tiempo de rectificar, a quien corresponda, para evitar que acciones incorrectas, e incluso quizá ilegales, contaminen el gran esfuerzo que el gobierno federal y estatal están haciendo para enfrentar la crisis.
Es cierto que se ha decretado un estado de emergencia para actividades no esenciales. Pero también es cierto que hay diferentes niveles de emergencia, reconocidas por la OMS (https://www.who.int/hac/donorinfo/g3_contributions/es/) Ninguna de ellas respalda la decisión que existe para el acceso de una persona a su propio pueblo. Bajo las medidas establecidas por la federación, técnicamente aún no estamos en la fase tres de la contingencia. Por ello quise atender situaciones familiares necesarias antes de entrar de lleno en la fase tres donde se podría prohibir prácticamente toda movilidad entre pueblos.
Ojalá que las personas responsables de decisiones tengan la sensibilidad y la formación necesaria para tomar buenas decisiones. ¿O es pedir mucho?