Por el Escrutador
Gerardo Ortega Otero, “el colombiano”, con negros antecedentes, y uno de los operadores de Carlos Joaquín, reapareció, sorpresivamente, en el evento de registro de Lili Campos.
Fue una aparición triunfal, dado que estuvo, durante todo el evento, en primera fila, mostrando una felicidad inaudita, tanto así, que este Escrutador, al lado de un amigo de la presidenta municipal, coincidieron en señalar: “lo primero que tiene que hacer Lili Campos, es hacer a un lado estos personajes, que hablan mal, muy mal del camino que quiere recorrer para su reelección. Son el lado oscuro de la política”.
Ese amigo comentó que dicho personaje tiene un largo historial de transas y componendas, en todo el camino de corrupción que fue construyendo el joaquinismo durante su administración, y, en específico “el colombiano”, se atrincheró en Solidaridad, donde está el centro de sus operaciones, sus bisnes, que abarcan varios giros.
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Y ese amigo de la presidenta municipal conoce muy bien la trayectoria de “el colombiano”, quien de ser un vendedor de comidas a unas calles del Palacio Municipal de Solidaridad, conoció a Carlos Joaquín, cuando fue postulado para ser presidente municipal por parte del PRI para esa demarcación.
“Así inició, con un golpe de suerte, donde poco a poco se fue convirtiendo en el operador político del que sería el gobernador del Estado, y a quien apoyó con todo tipo de encomiendas, como ser asistente, coordinador de logística, organizador de reuniones especiales, y recolector de las “aportaciones voluntarias” de empresarios locales, quienes enfocaron sus intereses en la campaña de Carlos Joaquín”, dice al recordar el vertiginoso ascenso político de tal personaje.
“Por supuesto ese ascenso incrementó, sorpresiva y continuamente, su patrimonio personal, siempre al lado de Carlos Joaquín, y con acusaciones de corrupción, que van desde negocios turbios, hasta estar coludido con el crimen organizado. Sí quiere checar, nada más googlee su nombre y verá”, comenta enojado.
“Ahora lo tenemos aquí, a nuestro lado, con el consiguiente descrédito para la que será, de nueva cuenta, nuestra abanderada para Solidaridad”, enfatiza.
Y este escrutador observa el video de ese evento, y en verdad “el colombiano”; está feliz. Con una sonrisa tenue, así como esperando nuevas recolecciones… Quizás.