Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com
Desde antes de la cumbre mundial de sistemas alimentarios, a finales de 2021, la ONU y sus organismos como FAO, OMS, UNESCO, así como otras organizaciones internacionales, incluyendo las grandes transnacionales, han vuelto sus miradas hacia los sistemas alimentarios indígenas.
Lo anterior no es sorpresa. Sabemos con certidumbre que los sistemas de producción de alimentos convencionales explican hasta el 35 % de la emisión de gases relacionados con el calentamiento global, y son causantes de la enorme pérdida de biodiversidad al ampliar sus fronteras de producción y al usar sustancias químicas que aniquilan otras formas de vida en la naturaleza además de las plagas, hierbas y enfermedades de los cultivos.
Sabemos también que alrededor del 80% de la biodiversidad existente en el planeta está en territorios manejados por indígenas, quienes representan menos del 10% de la población mundial. Esa biodiversidad también está presente en los sistemas alimentarios indígenas que se mantienen gracias a que aún hay conocimiento que explica su resiliencia, sostenibilidad y alimentación de una alta población.
A finales de mayo y principios de junio, el CATIE, Costa Rica, organizó una reunión internacional, conocida como la Conferencia Wallace (https://wallace.catie.ac.cr) donde se abordó el tema de la transformación de los sistemas alimentarios en Latinoamérica. En Roma la FAO, conjuntamente con la Fundación Bill y Melinda Gates, organizó una consulta de expertos para la conformación de prioridades de financiamiento para el desarrollo rural resiliente e incluyente en junio 14-16 de 2023. En ambos casos se abrió el espacio para escuchar y aprender de sistemas alimentarios indígenas. Todo esto en el contexto del otorgamiento del reconocimiento SIPAM que la FAO otorgó a la milpa maya el pasado 22 de mayo.
Quintana Roo también ha estado presente en esta dinámica global de análisis y búsqueda de alternativas para enmendar sistemas alimentarios dañados, insostenibles. Del 20 al 23 de junio José María Morelos (JMM) albergó una reunión de expertos internacionales que analizaron el sistema alimentario de los Mayas, con énfasis en la milpa. Estuvieron presentes Carolina Moeller de REGEN10 (https://regen10.org); Jonathan Lundgren (Ecdysis Foundation, https://www.ecdysis.bio), Renilde Becque (consultora de Leaders Quest, https://leadersquest.org), Sara Page (Fundación Rockefeller), Elena Mendoza de IUCN (https://www.iucn.org) y Charlotte Milbank (Inglaterra) y Dhrupad Choudhury (India) de TIP (https://www.theindigenouspartnership.org), quienes interactuaron con estudiantes y académicos de la península de Yucatán e hicieron visitas de campo.
La información que se obtiene de indígenas, tiene que seguir un protocolo en el que el principio básico es respetar, reconocer y dar crédito al origen del conocimiento, mediante un proceso que incluye la solicitud y obtención de permiso mediante la explicación en forma previa y clara, respetando la cultura y la lengua, la razón y objetivo del trabajo. Así se hizo en JMM. Con base en lo anterior, los trabajos que se llevaron a cabo abordaron varias preguntas como: ¿Cuál es la situación actual de la agricultura tradicional indígena en Quintana Roo? ¿Tiene algo que ofrecer la agricultura tradicional para enmendar los sistemas alimentarios disfuncionales? ¿Qué alternativas existen que permitan mejorar los sistemas alimentarios disfuncionales, respetando la cultura local y al mismo tiempo pensando en la demanda de alimentos?
Las alternativas serán presentadas y analizadas en la siguiente entrega.