Francisco J. Rosado May
- En México, y en muchos otros países donde viven mexicanos, celebramos el 1 y 2 de noviembre como “Día de los Muertos”. Incluso se organizan concursos de altares en las escuelas, los ayuntamientos se esmeran en hacer al menos un altar representativo. La ciudad de México realiza festivales, desfile y ofrendas, activando la economía y posicionándolo como un atractivo internacional. Una película de James Bond inició teniendo este festival como contexto.
Un turista o estudioso ajeno a la realidad podría considerar que la celebración del día de muertos en México es tan arraigada a la cultura que todos los niveles de organización hacen lo mejor de sí para continuar la tradición. Nada más lejos de la realidad.
En Felipe Carrillo Puerto, y muchas otras poblaciones mexicanas, la gente va a los cementerios a limpiar tumbas, dejar flores, prender veladoras. Sin embargo, cada año que pasa no solo disminuye el número de personas visitando las tumbas, sino que principalmente van adultos mayores; los jóvenes se involucran muy poco o nada. Los adultos mayores son los verdaderos guardianes de las tradiciones, pero su labor no es facilitada por los ayuntamientos. En Felipe Carrillo Puerto, por ejemplo, la organización de la disposición de las tumbas y la falta de mantenimiento no facilitan la continuación de la tradición de recordar a los muertos y cuidar las tumbas. Es casi imposible para un adulto mayor ir al cementerio para mantener viva la hermosa tradición de recordar a nuestros muertos. El descuido municipal, sea por corrupción, por falta de experiencia o entrenamiento, lo que está haciendo es borrar la memoria y olvidar así nuestra historia.
- El 30 de octubre de 2006 se publicó el Decreto de Creación de la Universidad Intercultural Maya del Estado de Quintana Roo. Aunque el 15 de abril de 2009 se publicó una reforma integral al primer Decreto, por varios años se celebró la creación de lo que hoy se conoce como la UIMQRoo, cada 30 de octubre, hasta que la tradición se rompió. A partir de 2015 las ceremonias de conmemoración al Decreto de Creación de la UIMQRoo han venido cada vez a menos. En 2022 prácticamente pasó desapercibida.
La UIMQRoo es el resultado de un movimiento social, comunitario, grande. La población de José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto se movilizó. Si bien surgieron disputas, los líderes comunitarios hicieron valer su alto nivel de diálogo y construcción de consensos. En la discusión acerca de la sede de la UIMQRoo prevaleció la mirada del bien común, el proyecto no se perdió. Hoy son cientos de familias y profesionistas beneficiados con ese proyecto, pero la tendencia de no recordar la historia envía un mensaje equivocado.
Celebrar la creación de la UIMQRoo NO es solamente recordar a los funcionarios públicos que lo hicieron posible, independientemente de partidos políticos, que dicho sea de paso fue plural la participación partidaria. Celebrar la creación de la UIMQRoo es recordar la importancia de la movilización social para el bien común. Es recordar la gesta que vivieron los líderes comunitarios en la figura del Patronato Pro-Universidad de José María Morelos. Algunos de ellos son recordados por sus familiares en estos días del 1 y 2 de noviembre.
Recordar la creación de la UIMQRoo es tener la oportunidad para reflexionar los pasos siguientes en los retos que el desarrollo está presentando a las comunidades Mayas y no Mayas. ¿Por qué no se abrió esta posibilidad? ¿Desinterés? ¿Falta de visión y aprecio a la historia y la cultura Maya?
No olvidemos que SIN MEMORIA NO HAY HISTORIA.
Es cuanto.