Por Alejandro Peza/NOTICARIBE PENINSULAR
CHETUMAL.- La Secretaría de Educación en Quintana Roo (SEQ) aún no define fecha para el regreso a los planteles educativos en el estado de Quintana Roo. Esto, debido a que parte del personal docente rechaza la propuesta del gobierno federal de regresar a los salones al inicio del siguiente ciclo escolar 2021-2022.
El magisterio de Quintana Roo considera que el plan de vacunación debe acelerarse para que todo el personal de las escuelas esté vacunado una vez se inicien labores presenciales.
Por ello, una de las condicionantes para el regreso a clases presenciales es la permanencia del semáforo sanitario en verde, la disminución de contagios, así como el avance en el plan de vacunación estatal.
Fermín Pérez Hernández, representante del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en el estado, indicó que pese a la voluntad de la Secretaría de Educación Pública (SEP), las escuelas del estado no se encuentran en condiciones para retomar las actividades, por lo que consideran imposible que los alumnos retornen a las aulas este ciclo escolar.
“No creo que vayamos a regresar antes de que termine el curso, las escuelas están muy dañadas, se tienen que hacer jornadas de limpieza y eso no creo que sea de un día para el otro”.
La pandemia también ha incrementado la deserción escolar pues en Quintana Roo, 75 mil 696 alumnos de educación básica y bachillerato han desertado desde agosto de 2020, cuando inició el ciclo escolar 2020-2021, hasta marzo de 2021, debido a que se aburrieron de las clases por televisión, perdieron a un familiar por el coronavirus, no tenían conectividad a Internet, el maestro no pudo mantener contacto con sus alumnos o simplemente porque perdieron interés en llevar esta dinámica de aprendizaje.
Un análisis sobre el abandono escolar elaborado por la organización civil Mexicanos Primero, calcula que en esta entidad los niños de primaria fueron los que más desertaron, en comparación con los de secundaria y educación media superior y con relación a los años “normales”, ya que no superaba 1.5 por ciento de deserción.