Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com
Como cada inicio de sexenio, los foros para generar el plan estatal de desarrollo han iniciado. El 5 de noviembre fue el momento del sector primario, la producción de alimentos, teniendo como sede el Tecnológico de Carrillo Puerto y la Universidad Intercultural en José M. Morelos.
La participación fue entusiasta; pero, aunque en la exposición de emotivos se mencionó la importancia de pensar a futuro con enfoques agroecológicos para la “suficiencia” alimentaria, dominó la exposición de problemáticas que requieren atención a corto plazo. Era de esperarse. Los productores, pequeños, medianos y grandes están atravesando grandes problemas que se han acumulado a lo largo de muchos años, resultado de inadecuada planeación y pobre sustento conceptual.
Entre las necesidades inmediatas mencionadas destacan: mejorar los caminos saca cosechas; restaurar y ampliar equipos de riego; estabilizar el suministro de electricidad; acceso a financiamiento blando; acompañamiento técnico; articular mejor las cadenas de comercialización y posicionamiento de productos en el mercado interno y externo; abatir la burocracia y facilitar los trámites al tiempo de combatir la corrupción; tener mejor registro de la producción en Q. Roo para que se refleje bien en las estadísticas y evitar que otros estados se beneficien; se necesita insumos y agroquímicos con precios accesible; establecer una red funcional de centros de acopio y centrales de abasto; establecer mecanismos que permitan aumentar la producción actual, especialmente en granos; trabajar con los agricultores para certificación de productos; que la actividad de SEGALMEX en el acopio de granos sea más eficaz; que se aclare el uso de recursos que no se aplicaron en forma debida; mejorar las carreteras de acceso a las comunidades; ofrecer opciones reales a innovaciones como las plantaciones de maguey mezcalero o la de viveros de diferentes especies para satisfacer las demandas de productos con variedades mejoradas, que el gobierno no se olvide de la importancia del conocimiento y biodiversidad que mantienen los pueblos originarios, especialmente para que la milpa siga siendo el sistema central de conservación, producción de alimentos y nutrición de las familias. Etc.
Todas las necesidades son de corto plazo, pero los participantes no descuidaron su preocupación por el largo plazo. Existe el interés de no usar productos que “envenenen” la tierra y que les afecta a su salud y a las abejas. Pero también expresaron que no tienen acceso a alternativas reales y viables. Saben de la prohibición del glifosato y de la discusión en el Senado para restricción y prohibición de agroquímicos; no están en desacuerdo, pero necesitan alternativas.
En la visión a mediano y largo plazo se presentó y aceptó la propuesta de crear un Programa Estatal de Agroecología y Sistemas Alimentarios Sostenibles que articule saberes actuales, que genere los que se necesitan en la práctica, que capacite a productores y que forme profesionistas a nivel de maestría y doctorado. La propuesta, presentada por un servidor con la colaboración de académicos de otras instituciones, contempla un esquema de trabajo interinstitucional, aprovechando las fortalezas de cada una de ellas y articulándose con productores y gobierno para atender al sector primario y prepararnos hoy para el mañana en materia de producción sostenible de alimentos.
Si seguimos con la tendencia actual en producción de alimentos estaremos contribuyendo al cambio climático, a perder biodiversidad, minar la salud del ambiente y personas, falta de nutrición y dependencia de tecnología. Escenario nada halagador. Nos urge construir el futuro pensando en procesos de transformación de nuestros sistemas alimentarios, con un plan de transición gradual pero eficaz como el que ofrece la Agroecología.
La alternativa, que no debe darse, es repetir las experiencias anteriores que nos han puesto en una situación de riesgo ambiental y sin satisfacer ni siquiera le demanda interna de alimentos.
Hay un grupo de académicos listos y listas para la transformación de los sistemas alimentarios hacia la sostenibilidad, solo esperamos que los tomadores de decisión en materia de política pública también lo estén y permitan que sea una realidad.
Es cuanto.