Nadie de la izquierda caribeña, empezando por Morena, tuvo el tino de homenajear a Porfirio Muñoz Ledo.
Se cumplió una semana del deceso del célebre polemista, pero al morenismo local no le pasó por la mente rendir un público reconociendo a quien le colocó, como diputado del partido guinda, la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador.
Pero, el prolífico legado de Porfirio no sólo se reduce a su militancia morenista. El visionario político fue determinante también en el avance democrático de Quintana Roo, en la segunda mitad de los noventas.
Pero, no se puede pedir peras al olmo.
El morenismo caribeño no se caracteriza, precisamente por su memoria o por sus propuestas progresistas su derrotero está muy alejado de la izquierda.
En realidad, lo raro hubiera sido que el morenismo caribeño hubiera reconocido a Porfirio.