Que en el Palacio de Gobierno y otras oficinas gubernamentales en la capital empezaron a aparecer “extraños”.
Nadie los conoce. No más poco a poco llegaron. Los identifican como “los chilangos”.
Pero, además, estos “foráneos” están obteniendo los mejores puestos.
Obvio, los chetumaleños no sólo sienten que les están quitando oportunidades de crecer, sino que los están desplazando.
Y no hay nada peor en la política “made in Quintana Roo”, que un chetumaleño enojado. Le pueden preguntar a Carlos Joaquín.