Por Alejandro Peza/NOTICARIBE PENINSULAR
CHETUMAL.-Los efectos de la contingencia sanitaria por COVID-19 alcanzaron al campo, en donde el precio de comercialización del ganado bovino se desplomó hasta en 10 pesos el kilogramo, golpeando la economía de aproximadamente cinco mil 200 productores de Quintana Roo.
De acuerdo con datos de la Asociación Ganadera Regional actualmente el kilogramo se comercializa en 35 y 45 pesos, dependiendo de las características del animal, que representa 18% y 20% menos que hace unos meses.
Gualberto Caamal Kú, presidente de la Asociación Local de Ganaderos del sureste en Othón P. Blanco, destacó que la situación se complica porque no solo se vende más barato sino que se comercializa poco.
“Ya se nos bajó la comercialización, pues ahorita anda entre 35 pesos de 200 kilos hacia abajo y de 200 kilos hacia arriba anda como en 45 pesos, más o menos, estamos hablando de 10 pesos de diferencia casi y ya nos anunciaron la semana pasada que todavía iban a bajar un poco más”, precisó.
Aseguró que esta situación está afectando muy fuerte a los productores ganaderos pues sus únicos ingresos son por la venta del ganado y la leche.
“Ahorita está parada la compra y están anunciando tendencias hacia abajo todavía del precio del becerro, esperemos que no por la situación que estamos pasando del coronavirus, todo, la gente aprovecha cualquier cosa”, expresó el dirigente.
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Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en Quintana Roo existe un inventario de casi 30 mil productores de ganado, de los cuales, cinco mil 200 se dedican al bovino.
En su mayoría se concentran en Othón P. Blanco, Bacalar y José María Morelos.
Otro factor que también afectó este año a los productores ganaderos fueron las intensas lluvias e inundaciones que se registraron en la región sur de Quintana Roo pues se estima que al menos 200 cabezas de ganado murieron a consecuencia de los escurrimientos pluviales.
Sergio Crisanto Morteo, Presidente de la Unión Ganadera Regional (UGR), señaló que decenas de ranchos y miles de hectáreas de pastizales fueron afectados por el agua.
“Cada cabeza de ganado ronda de entre los 15 mil hasta los 20 mil pesos, aunque hay ganaderos que perdieron ejemplares de raza de más de 50 mil pesos” .
Crisanto Morteo insistió que no se debe minimizar lo que ocurre en cada región o localidad particular. Además de la pérdida inmediata faltan los efectos a largo plazo en cuanto a las crías, que terminarán viéndose en dos o tres años, cuando se evalúe si los animales serán livianos o pesados.