Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com
No fue usted ni fue solo imaginación el calor inusual en días pasados, fue real. El 4 de julio nuestro planeta vivió el día más caliente en la historia de los registros, el promedio mundial fue de 17.18oC. El 3 de junio ya habíamos alcanzado 17.01 oC. Ambos arriba de los 16.9 oC del 13 de agosto de 2016, considerado entonces el más alto valor registrado. Estos valores parecen nada al lado de los casi 50oC que se registró en algunos puntos del país, pero no olvidemos que reflejan el promedio mundial.
Todos los medios en el mundo dieron cuenta de lo anterior y lo relacionaron con el fenómeno de El Niño. Se conoce así porque hace varios años se manifestaba alrededor del 25 de diciembre, pero el cambio climático lo ha alterado. El fenómeno se desata porque la temperatura media en las aguas del Ecuador en el Pacífico aumenta al menos 0.5oC; cuando ocurre lo contrario tenemos La Niña. Estamos en julio este año y ya tenemos ese fenómeno, el cual explica las altísimas temperaturas y hace pensar que el récord del 4 de julio será roto en forma continua en el futuro cercano. ¡A prepararnos!
Por lo anterior, en gran medida, el mundo está en búsqueda de alternativas. Foros como los mencionados en entregas anteriores son cada vez más frecuentes para generar condiciones y datos sólidos que lleguen a COP 28 para crear acuerdos vinculatorios, que no tuvo la reunión reciente en París, y generar un nuevo pacto financiero global que permita enfrentar el reto global (https://focus2030.org/Cumbre-para-un-nuevo-pacto-financiero-mundial-hacia-un-mayor-compromiso-con-la). El problema es tan grande que la Unión Europea ha emitido una iniciativa de legislación para mejorar sus suelos, capturando más Carbono, reparando los daños causados por la agricultura convencional y buscando parar el calentamiento global (https://www.theguardian.com/environment/2023/jul/06/eu-sets-out-first-ever-soil-law-to-protect-food-security-and-slow-global-heating).
El acuerdo de París ha sido exitoso en recabar financiamiento para proyectos dirigidos a combatir el cambio climático y a generar alternativas de adaptación. El 23 de junio pasado reportaron que ya se han recaudado 100 mil millones de dólares para canalizar a países vulnerables y los 4 principios que van a guiar el proceso se han consolidado: 1. Ningún país se debe ver obligado a escoger entre combatir pobreza e invertir por el planeta; 2. Cada país debe tener la decisión propia de cómo diseñar estrategias de transición hacia un clima mejor; 3. Se necesita un estímulo financiero con mayores recursos para apoyar las economías vulnerables, tanto para eliminar pobreza como proteger el planeta; 4. Un sistema financiero global que dé mejores resultados, con participación del capital privado (www.elysee.fr/en/emmanuel-macron/2023/06/23/the-paris-agenda-for-people-and-the-planet).
Hace unas cuantas semanas la Organización Meteorológica Mundial dio a conocer su informe 2022 (https://library.wmo.int/doc_num.php?explnum_id=11593) el cual pasó desapercibido hasta que experimentamos las temperaturas de la semana pasada. De acuerdo con este reporte, México experimentó el aumento de temperatura más elevado de Latinoamérica y el Caribe, de 0.3 oC por década.
Desde hace varios años los científicos han emitido señales de alerta, incluso la ONU consensó una lista de 17 objetivos de desarrollo sostenible que se supone serían vinculatorios para todos los países miembros. Lamentablemente no fueron escuchados a tiempo; algunos gobiernos y sectores sociales diversos no creyeron y negaron el fenómeno. Hoy hay una carrera contra el tiempo, estamos muy cerca de rebasar el máximo incremento promedio mundial establecido a 1.5oC con respecto a los niveles preindustriales.
¿Estamos preparados en México y en Quintana Roo? ¿Tenemos la masa crítica para diseñar estrategias eficaces, nacionales y locales, de mitigación, reducción y adaptación de nuestros recursos naturales y esquemas de desarrollo? Si seguimos rellenando manglares, humedales y descuidando el ambiente, solo estamos agravando el problema para toda la sociedad, donde los que más pierden son los pobres.
Es cuanto.