Si en el pasado reciente muchos se horrorizaban por los poblanos y los “chilangos” y, un poco más atrás, por los “yucatecos”, la realidad es que la clase política local no se puede librar de los”foráneos”.
Ahora, son los tabasqueños los que han tomado el sartén por el mango en Quintana Roo, bajo la sombrilla de la 4T.
Para empezar, hay cinco nombres claves:
1.- Rafael Marín, que formalmente es el director del proyecto Transístmico, pero es el líder moral de Morena en la entidad.
2.- Arturo Abreu, superdelegado del Gobierno federal, por voluntad de “rafa” Marín.
3.- Rogelio Jiménez Pons, director general de Fonatur, que hace el 1-2 con el delegado de ese Fondo.
4.- Raúl Bermúdez, delegado de Fonatur, autoproclamado el “vizconde de la Zona Hotelera”.
5.- Oscar Cantón Zetina, que se vino a sumar en días recientes como delegado regional de Morena y se autoerigido como el “arbitro“.
Y, como diría el legendario Alex Lora, “…y los que faltan”.