El Teqroo y el Ieqroo están “hechos bolas” al proceder a bajar candidatos por violencia política de género.
Y es que se trata de “enchílame otra” bajar a un candidato, señalado de violencia política de género.
No sólo se trata de un camino legal escrupuloso, sino que además el abanico de sanciones es amplio.
Hay personajes famosos por su altisonancia y brusco lenguaje como el diputado Gerardo Fernández Noroña, que han sido hallados culpables de violencia política de género, pero, como en el caso del legislador del PT, no fueron inhabilitados.
A principios del presente año, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó que Fernández Noroña ejerció violencia política de género en contra de la diputada panista Adriana Dávila Fernández.
Pero se determinó que Noroña emita una disculpa pública y de no hacerlo resultaría inelegible para un cargo popular.
Quedar en calidad de inelegible es resultado de quedar inscrito en el Registro Nacional de Personas sancionadas en Materia de Violencia Política de Género.
Obvio, Noroña, se disculpó.
En contraste, en Quintana Roo, el Teqroo se cargó, primero, a Luis Gamero, candidato de Morena en Chetumal y ayer a Isaac Janix, abanderado de Fuerza por México en Cancún.
Y el Ieqroo determinó inscribir a Gamero, directo al Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política de Género y se prevé que, en las próximas horas, haga lo mismo con Janix.
Pero, parece, que se pasaron…
De hecho, anoche, círculo un video, de una alegado de un magistrado del TEPJF en que se establece que los organismo públicos locales (Oples) -en este caso el Ieqroo- no tienen facultades para definir sanciones a quienes son sancionados por violencia política de género.
Por cierto, lo curioso es que Gamero y Janix no son del agrado de la “22 de Enero”.