Han pasado más de tres meses de que Alberto Capella dejara la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Quintana Roo y que en su lugar entrara al quite, Lucio Hernández.
Capella no precisamente era “Mr. Simpatías” y generó una tremenda animadversión, sobre todo de la clase política conservadora de la capital del estado, que tenía como uno de sus deportes favoritos estar “duro y dale” contra el tijuanense.
La agenda de seguridad se redujo a la personalidad de Capella y una vez, que el tijuanense dejó el cargo, este rubro dejó de ser un asunto relevante.
Pero, la violencia e inseguridad sigue en el todo lo que da de norte a sur del estado.
El Congreso del estado y en particular la Comisión de Seguridad Pública, que preside el morenista, Fernando Chávez, ni siquiera les inquieta si Lucio Hernández debe ser ratificado o van por otra opción.
La seguridad publica dejó de estar entre las prioridades.