Para más de uno, el responsable del proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, Rafael Marín Mollinedo, se ha convertido en el político más importante de Quintana Roo.
“Rafa” -como le dicen sus cuates- no sólo está a cargo de uno de los proyectos emblemáticos de la 4T, sino que además su oficina está en Palacio Nacional y a unos metros del despacho del presidente Andrés Manuel López Obrador, que es más que su paisano y amigo.
Al aproximarse la hora de los designaciones en los partidos, todos, o casi todos los aspirantes en Morena (y anexos), buscan hablar con “Rafa” Marín, para que les de la “bendición” que bien podrá ser la del propio López Obrador, en su objetivo de ser candidatos de las fuerzas de la 4T.
Y el tabasqueño a todos les dice “sí”.
Pero, no necesariamente el sí de “Rafa” no significa “sí”.
Si bien “Rafa” tiene un opinión de peso, las candidaturas serán procesadas por el propio nuevo presidente del partido, Mario Delgado, y los integrantes del comité nacional de Morena, en el que es mayoría la fuerza contraria a la del ahora líder formal morenista.
Y, por ciento, Liliana Castro, que habia sido designado delegada, ante de la designación del comité estatal, que preside la exregidora, Anahí González, sigue teniendo injerencia en Quintana Roo. La veracruzano ahora es delegada política y el procesamiento de candidaturas empezará por sus manos.