La “aclamación” por Rafael Marín es sólo al interior de Morena.
Si bien, el gobernador Carlos Joaquín, “tiró” la elección, y la sucesión es prácticamente un “interescuadras” entre Morena, la figura de “Rafa” Marín no trasciende más allá de los “guindas” en la entidad.
El ahora director general de Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) es la piedra angular del morenismo quintanarroense, pero su trayectoria política se reduce a darle un empujón a este partido en el estado caribeño.
En la entidad ha sido solo delegado-.presidente de Morena. Hasta allá. Su panorama en Quintana Roo se reduce a las cuatro paredes de Morena.
Quizá, su estrecho espectro político ha provocado que de cabida a impresentables, como el tristemente célebre Nelson Rodríguez, encargado de la guerra sucia de Roberto Borge y que ahora presume ser “operador de “Rafa”.
Si bien ser amigo, hermano del Presidente es un gran mérito, “Rafa” Marín no tiene las credenciales suficientes en la entidad más allá de organizar a un grupo de activistas de un partido que se la ha pasado en dirigencias provisionales en Quintana Roo.
Y fuera de la esfera morenista, el principal atributo de Rafa es el “beneficio de la duda”.