Extraño que las dos principales fuerzas que se disputan el control (y las candidaturas) de Morena en Quintana Roo, hicieran la del “avestruz” respecto a las nuevas acusaciones contra lideres locales del PVEM, ahora por lavado de dinero y vínculos con narcotraficantes.
Ni los “puros” que tomaron la sede de Morena en Chetumal, ni los que protestaron en la Plaza de la Reforma contra la alianza con el PVEM, dijeron que “esta boca es mía”.
Ahora sí hubo coincidencias en los dos grupos: ambos hicieron como que la virgen les habla respecto a las nuevas tropelías de sus imprestables socios “verdes”.
Al parecer, seguirán juntos haciendo historia en Quintana Roo.