Dicen que al que a “dos amos obedece, con alguno queda mal”.
Y eso, más o menos le está pasando a la diputada (de Morena), Reyna Durán, que se aferra a permanecer como presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo), aunque ello implique la parálisis del Poder Legislativo.
Pero, la conducta de Reyna Durán ya empieza a inquietar a más de uno en el “Politburó” de Morena en la capital del País.
El grupo de morenistas que protestaron ayer no actuaron solos y mucho menos se trata de un “movimiento” localista.
Que este grupo de morenistas recibieron “línea” de mero arriba, en donde cada vez están menos contentos de la manera en la que Reyna Durán está saboteando a Morena en Quintana Roo.
Pero, sobre todo, lo que tiene muy a disgusto al “Politburó” es la no tan sana distancia entre Reyna Durán y la “22 de Enero”.
A final de cuentas, la morenista le estaría haciendo -voluntaria o involuntariamente- el “caldo gordo” a los de la “tienda de enfrente”.