Todos los inicios de campaña tienen un toque de simbolismo. En el caso de Marciano Dzul, más que exaltar su origen maya, buscará desembarazarse de sus antecedentes priistas.
Alguno de los “superasesores” de Marciano Dzul entendió que uno de los principales lastres del candidato de Morena es su largo historial priista.
Y claro, que va a ser muy difícil, borrar este pasado, pues apenas en 2018, Marciano buscó ser alcalde por el PRI.
Lo más simbólico que se le pudo ocurrir a los asesores “marcianistas”, es que su candidato arranque campaña con un acto en la sede de Morena.
Y de golpe y porrazo, Marciano ahora quiere hacer suponer que el PRI ya es sólo parte de su pasado y que hoy por hoy es un tremendo representante de la Cuarta Transformación.
Aunque los que saben, dice que “el hábito no hace al…”