Parece inevitable el “rompimiento” entre el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, y la alcaldesa de Cancún, Mara Lezama.
Las cosas han cambiado mucho con relación a 2018, el que ambos no tenian una clara identidad partidistas y, además, Carlos Joaquín era consecuente con que “Mara” sea alcaldesa de Cancún, que por cierto no tuvo rival enfrente, no sólo por la ola de Andrés Manuel Lopez, sino que además PAN-PRD se la pasó de litigio en litigio para determinar quién sería su candidato.
Tras permanecer entre “azul y buenas noches” por más de la mitad de su mandato, ahora Carlos Joaquín es del PAN. Ya forma parte de los Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN), que es como una especie de muro de contención ante el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
La represión del pasado lunes contra grupos feministas vino a complicar las cosas, no solo porque hubo disparos, sino porque además la policía de Cancún está bajo el esquema de Mando Único. El Gobernador deslizó que los culpables eran los elementos municipal, la alcaldesa a la policía Estatal.
De paso, grupos de Morena, en pleno despropósito y en un desbocado canibalismo, se fueron la yugular a Mara. Algunos de estos grupos, como el de Reyna Durán, tiene conexión directa con la “22 de Enero”.
Y a siete meses de elecciones, ya es incompatible en Cancún un gobierno estatal panista y un ayuntamiento morenista.