Laura Beristain quedó en medio de feroz emboscada.
Enfrenta fuego amigo y fuego enemigo, los conflictos internos se acumulan y aumentan y el asedio externo crece en intensidad.
La campaña por la reelección inició con rompimientos relevantes en el equipo cercano de la Alcaldesa, que además “ficharon” por Fuerza por México.
También sufre otro amotinamiento de regidores, que amagan con no “aprobar” la cuenta pública, aunque, como dirían un clásico, algunos de estos concejales “sólo quieren bajar cocos”.
Y al exterior, enfrenta un rechazo abrumador y campaña se ha vuelto prácticamente una pesadilla, al extremo, que muchos piensan que la mejor manera de obtener votos es someter un muy bajo perfil.
Al mismo tiempo, la alianza PAN-PRI-PRD-Confianza aprovecha todas las “debilidades” y yerros del actual ayuntamiento y mantiene un “ofensiva a discreción”.
Y por si fuera poco, al “beristanismo” la “marca” Morena no le sirve de mucho pues el apellido hunde más a la candidata de Morena.
No por nada, Laura arranca abajo en todas las encuestas y, en algunas, se hunde al tercer lugar.