Parece que el PRI se dio un tiro al pie al romper la coalición con PAN y PRD en Quintana Roo.
Las perspectivas son casi catastróficas.
Desde las históricas elecciones de 2016, el PRI está en el tobogán en Quintana Roo.
Apenas en 2105, el PRI además de ostentar la gubernatura, tenía la mayoría de los ayuntamientos, el control absoluto de la Legislatura local y carro completo en las senadurías y diputaciones federales.
Hoy apenas tiene un ayuntamiento y una diputación local.
En las elecciones locales de 2021 cayó al cuarto lugar, superado hasta por Fuerza por México.
Para 2022, las cosas pintan igual o peor.
Y ya se confirmó que el partido va sólo en Quintana Roo, de las seis elecciones a gobernador de 2022.
Tras este anunció, el PRI tiene números atroces en las encuestas.
En la medición por partido, el PRI está en tercero, por debajo del Morena y el PAN.
Pero con candidato cae hasta el cuarto, por debajo de Movimiento Ciudadano, con la eventual nominación de Roberto Palazuelos o Marybel Villegas.
Quizá Candy Ayuso, sea que termine por apagar la luz en el PRI-QR.