Es practicante un hecho la salida del Atlante de Cancún.
Ya en el medio futbolero se da por descontado el retorno de los “Potros de Hierro” a Ciudad de México y al emblemático “Estadio Azul”, que antes de ser la casa del Cruz Azul, lo fue del Atlante con el nombre de “Estadio Azulgrana”.
El equipo llegó a Cancún, con el célebre Alejandro Burillo como propietario, pero el equipo cambió de dueños al no poder salir de la “segunda”. Ahora al frente de los azulgrana está una sociedad, encabezada por Gabriel Solares, Manuel Velarde y Greg Taylor.
El equipo operó 13 años, prácticamente con recursos públicos, proporcionados por el Gobierno del estado y el ayuntamiento de Benito Juárez. Por supuesto que están obligados a rendir cuentas.
Pero, Gabriel Solares, Manuel Velarde y Greg Taylor no han tenido ni la delicadeza de avisar ni al Gobierno estatal ni a la afición que dejarán Cancún.
Dirían, los clásicos, se van como “las chachas”.