Javier Lozano, quien fuera secretario de Trabajo en el gobierno de Felipe Calderón, criticó severamente a Marko Cortés por su pésimo desempeño al frente del PAN.
Esto ocurrió en el programa “Atypical Te Ve”, un referente de la derecha mediática en el país.
Y, en efecto, Cortés hundió al PAN, siendo Quintana Roo no sólo la regla sino la excepción con una debacle aún mayor que a nivel nacional.
Cuando el zamorano asumió la dirigencia nacional del PAN, el partido tenía el gobierno del estado, tres ayuntamientos y mayoría simple en el Congreso local, ya sea solo o en alianza con el PRD. Hoy en día, el PAN apenas cuenta con dos diputaciones locales y quizá entre 9 y 11 regidurías, todas de tipo “plurinominal”.
Durante la gestión de Cortés también se ocurrió la traición de Carlos Joaquín, quien desde la gubernatura facilitó todo para Morena. Lo más preocupante es que nunca se escuchó una señal de alerta o alguna crítica del “jefe azul” hacia el ahora embajador en Canadá.
Tampoco movió ni mueve un dedo para poner en orden a la presidenta estatal del PAN, Reyna Tamayo, quien está totalmente alineada con el gobierno estatal de Cuatro Té.
Hoy, el panismo en Quintana Roo carece de dirección y, mucho menos, de un futuro, en gran parte gracias a Marko Cortés.