El cuatroteísmo caribeño cada vez más se parece al priismo borgista.
Para Roberto Borge, tras las elecciones de 2013 y 2015, cuando se llevó carro completo, de repente el límite para aquel PRI y el deschavetado Gobernador era el cielo.
Y algo así parece que se está repitiendo en el cuatroteísmo caribeño. Cada vez suena más fuerte que desaparecerá, a “sugerencia” de la “22 de Enero”, la Junta de Gobierno y Coordinación Política y se regresaría al esquema de la Gran Comisión, que es una pieza arqueológica de la época del priismo preclásico tardío.
De alguna manera, esta modificación sí tiene sentido pues Morena (y sus aliados) tienen el control absoluto del Congreso del estado.
Por cierto, una de las consecuencias de desaparecer la Jugocopo sería que Jorge Sanén sea presidente de la Gran Comisión durante tres años.
Pero, lo que se trata es de avanzar y no retroceder. Lo que aplicaría es mejor, optimizar y estabilizar los servicios administrativos del Congreso del estado, en lugar de regresar al pasado o hacer demostraciones de fuerza innecesarias.
El límite no es el cielo, sino el sentido común.