Poco a poco se van acumulando las “herencias malditas que dejó la anterior administración “Verde” al actual ayuntamiento de Morena.
La última, y quizá la más ruido ha hecho, son los permisos para el hotel “Gran Solaris”, a un costado de Playa Delfines.
Cuando se dieron esos permisos, el PVEM era aliado del PRI. Si en lugar esta alianza tuvo tremenda repercusión fue en Cancún, en donde ambos partidos cogobernaron tres trienios, con los priistas Francisco Alor y Paul Carrillo y con el “verde”, Remberto Estrada.
Dicho sea de paso, los intereses del líder moral del PVEM, Jorge Emilio González Martínez “El Niño Verde” son enormes en Cancún desde hace por lo menos dos décadas.
Con el ascenso de Andrés Manuel López Obrador, se decidió que el PVEM sea aliado de Morena. Este acuerdo fue replicado con fuerza en Cancún. En las recientes elecciones, el modernismo quintanarroense prácticamente le regaló tres diputaciones locales al PVEM
En realidad, electoralmente Morena no sólo no necesita del PVEM en Cancún, sino que hasta es un lastre. Casos como el del “Gran Solaris” causa daños colaterales al morenismo local.
Está a la vuelta de la esquina la renovación de los ayuntamientos. Y le pregunta es obligada: ¿Deberá Morena seguir con el PVEM en Quintana Roo?