De repente, Chetumal se ha convertido en una “isla” de cierta estabilidad económica ante la crisis por el COVID-19.
Lo que antes era un lamento, ahora puede ser un paliativo importante.
La encomía de la capital de Quintana Roo se sustenta en los salarios de los empleados del Gobierno del Estado y Federal. Si bien se trata de honorarios bajos en la mayoría de los casos, están “seguros” y “puntuales”.
En contraste, el “boyante” norte del estado ha recibido de frente los efectos de la pandemia del COVID-19, con despidos o “descansos solidarios” en las empresas turísticas.