Que en una de las evaluaciones sobre la derrota de la coalición PAN-PRI-PRD en Cozumel, hay tremenda coincidencia con la “lectura” de lo ocurrido también con esta alianza en Chetumal.
No sólo incidió la torpe decisión de unir al PAN y PRI, “enemigos históricos” en Cozumel, sino que también hay un muy explicable enojo y decepción por el trabajo del gobernador, Carlos Joaquín.
Es decir, hubo doble voto de castigo: por unir al PAN y al PRI y por la desilusión al desempeño por su “paisano” en la isla.
Por si fuera esto poco, ahora los cozumeleños están que “no los calienta ni el sol” por desastre provocado por las prácticas del duopolio de la naviera Ultramar y Jetway
Como se sabe, Ultramar y Jetway se pusieron de acuerdo para alternar día a día sus servicios con el pretexto de la contingencia. Pero, resultó peor la medicina que la enfermedad.
Con el regreso a la “normalidad”, las terminales están saturadas, al prestar sola una empresa el servicio por día
El daño es doble: el riesgo a la salud y una pésima imagen turística.
¿Y el Gobernador?
Pues ben gracias.
Como en el caso del “socavón”, le echa la bolita al Gobierno federal.
Y tampoco se pone exigente. Con eso de que ya “es mejores amigos” con Andrés Manuel López Obrador.
Que este problema se resuelva sólo como el COVID, el sargazo, la inseguridad, etc…