Desde que, el pasado 10 de noviembre, el polémico Alberto Capella -también, por cierto, en medio de un escándalo de brutalidad policiaca- , dejó de ser el titular de la Secretaría Estatal de Seguridad Pública (SESP), ya no se sabe el rumbo del proyecto del Mando Único o si hay una nueva “estrategia”.
En lugar de Capella, quedó como encargado de la SESP, Lucio Hernández, uno de sus más cercanos colaborados de Capella y que no ha sido ratificado por el Congreso del estado.
Por cierto, al presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Congreso del estado, Fernando Chávez Zepeda y de la mayoría “morenista” poco les ha importado la escalada de violencia y que haya quedado al garete el proyecto de Mando Único. La agenda de los diputados de este partido y aliados se reduce al reparto de candidaturas y cuotas de poder.
El 16 de mayo de 2019, nueve de 11 alcaldes quintanarroenses signaron el Mando Único. Entre los firmantes estaba alcalde de Tulum, Víctor Mas.
Hace un par de semanas, REFORMA publicó un amplio reportaje sobre la violencia en Tulum, que venía a confirmar que en ese destino la inseguridad y la delincuencia ya están fuera de control.
Y este domingo, la situación se desbordó con el asesinato de la inmigrante salvadoreña, Victoria Salazar, en manos de policías.
Tulum, sólo es la punta del iceberg de que Quintana Roo ha perdido el rumbo en su estrategia en materia de seguridad pública.
El desastre es incuantificable.
¿Ahora qué sigue? o ¿todo seguirá igual?