Dos noticias establecen con claridad que el turismo va de mal en peor para resolver la problemática social de Quintana Roo.
El paradigma de la desigualdad sigue: más turismo, pero más rezago.
Tulum es por hoy la joya de la corona del turismo de Quintana Roo, pero a la vez refleja la dimensión del fracaso de esta actividad para atender el rezago social.
Y la cosa es aún peor, pues a la fata de servicios, ahora tampoco el turismo está sirviendo para dar empleos dignos y bien remunerados.
Para muestra un botón, bueno dos:
La Asociación de Hoteles de Tulum reportó que los centros de hospedaje de este destino vacacional arrastran todavía un déficit de mano de obra de un 22 por ciento.
La explicación “oficial” es que el tiempo de confinamiento de la pandemia de COVID-19, cuando la mayoría de los hoteles suspendieron sus actividades, muchos de sus trabajadores regresaron a sus lugares de origen o bien migraron a otras actividades económicas.
En tanto, en Akumal, el delegado de esta comunidad, Santos Diego Pech, indicó que hay un déficit de 50% en vivienda o “quizá hasta más”
Es decir, los empleos en turismo son despreciados y los trabajadores no tienen dónde vivir.
Quintana Roo padece los consecuencias del modelo “prianista” de turismo, pero desde 2018, la 4T gobierna el País y en la actualidad Morena domina la escena política del estado.
Pero, el rezago social va de mal en peor.
Se insiste de un “nuevo acuerdo”, pero todo parece indicar que no está incluyendo a los trabajadores de la “industria” hotelera.