Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CIUDAD DE MÉXICO.- Luego de que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo expusiera en la Mañanera del Pueblo que la intención de los ministros de renunciar a su cargo a la brevedad es con la finalidad de poder llevarse sus prestaciones completas, por lo que denunció que se trataba de un buen dinero y por ello era conveniente; horas más tarde, se dio a conocer la carta de renuncia presentada por el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien fue a Harvard en días pasados para arremeter contra la reforma al Poder Judicial.
A través de las redes sociales, se difundió una carta enviada al presidente de la Mesa Directiva del Senado -Gerardo Fernández Noroña-, así como a los senadores y senadoras a quienes les hace de su conocimiento la renuncia que comenzará a partir de agosto del 2025.
La carta de renuncia comienza con los motivos por los que Ortiz Mena aceptó fungir como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), un cargo que enfatizó es más que interpretar leyes, pues también va más por mantener viva la promesa de justicia en un Estado democrático; no obstante, también hace referencia a la reforma constitucional, misma de la que fue a hablar a Harvard en días pasados y la cual desató las risas de los presentes.
“Hoy me enfrento a una reforma constitucional que acorta el mandato para el cual fue investido. Se me presentan dos opciones: someterme a un proceso de elección popular o presentar mi renuncia”, dice la misiva.
El texto que fue enviado a la Cámara Alta también incluye la postura del ministro respecto a que se considera una persona poco apta para ser electa por votación popular, que es uno de los principales objetivos de la misma y, pese a que se sabe con las capacidades para seguir ejerciendo el cargo, remarca que es la mejor opción renunciar.
“He decidido presentar mi renuncia. Lo hago dentro del plazo establecido en el séptimo transitorio de la reforma, no por haber descubierto en mí una vocación repentina por la puntualidad, sino porque la norma es clara: si no renuncio en tiempo, entraría bajo la hipótesis del tercer párrafo del artículo 98 de la Constitución, que exige causa grave para justificar una renuncia extemporánea. Y aunque podría improvisar una tragedia menor para cumplir con esa formalidad, la verdad es que no poseo tal causa grave”, dice el documento.