Agencias
CANCÚN.- Proveniente de una familia de empresarios por el lado paterno y materno, era fácil de esperar que Pedro Joaquín Coldwell se hubiera inclinado hacia esa vertiente, pero por situaciones del destino acabó dedicado a la política, en la que ha desempeñado diversos cargos en los tres niveles de gobierno.
Y desde allá, reconoce, influyó a posteriori, y por años, de manera decisiva en el Gobierno de Quintana Roo, al proponer para su titularidad, a al menos dos gobernadores.
Entre ellos, el muy curtido y experimentadísimo político ha ocupado el de segundo gobernador de Quintana Roo, entre 1981 y 1987.
En charla con Tomás Contreras y Jonathan Estrada, el cozumeleño compartió parte de su vida política, algunas anécdotas, y la manera de cómo se tomaban antes las decisiones, en las que el presidente en turno era el que designaba a los gobernadores, y éstos a los presidentes municipales y diputados.
Empero, enfático, afirmó que con todo y eso, había en aquellas épocas una política de programas sociales, no de arranques o caprichos.
A los 24 años de edad, recién salido de la universidad, recordó cómo dio sus primeros pasos en la política de la mano de David Gustavo Gutiérrez, en ese entonces gobernador del territorio, quien le tocó como compañero de asiento en un vuelo a la capital del país, y entre la plática, le ofreció trabajo, pero declinó.
Poco después, volvió a toparse con él y le volvió ofrecer que se vaya a Chetumal como encargado de una nueva delegación, la entonces Secretaría de Programación y Presupuesto, pero igual declinó por el compromiso asumido con su padre Nassim Joaquín.
Sin embargo, al enterarse que venía la transformación de territorio a estado, la oferta sí le interesó, pues en su papel de abogado de profesión, deseaba participar en la elaboración de la Constitución de Quintana Roo.
“No era mi intención hacer una carrera política, sólo participar en la elaboración de la Constitución y regresar a trabajar a Cozumel con mi papá”, recuerda, pero acabó siendo convencido y a los 25 años logró ser diputado local, y gracia a la amistad que logró tener con el “gurú político”, Jesús Reyes Heroles, supo cómo debería ser su camino.
Al ser diputado local, le entró el interés de aspirar a la Presidencia Municipal de Cozumel, pero Reyes Heroles lo hizo cambiar de opinión y le sugirió ser Secretario de Gobierno, del primer ejecutivo quintanarroense constitucional, Jesús Martínez Ross.
Ahí, en la Secretaría de Gobierno, es donde los ejecutivos se forjan y luego, fue apoyado para ser diputado federal y ya luego dependería de él llegar a la Gubernatura, lo que sí logró.
En ese labrar de su futuro político, admitió que no fue nada sencillo, era cuestionado por su juventud, de ser un “junior” de que su papá lo manejaba, pero se le presentaron varias pruebas que resolvió adecuadamente y eso lo catapultó.
Una de ellas, fue la vez en la que siendo diputado federal, fue designado para dar el discurso ante los líderes estudiantiles del movimiento del 68, pues requerían alguien joven, como él en aquél entonces.
El mensaje conciliatorio fue bien recibido en todas las esferas, y recuerda que en ese allanar camino hacia la gubernatura tenía una frase “Para un Estado Joven, un Gobernador Joven”, que fue la misma que fue presentada al presidente de ese entonces, José López Portillo (1976-1982), cuando llegó el momento para decidir quién sería el candidato para Quintana Roo para el periodo 1981-1987.
De la misma manera, mencionó que a él le tocó proponer a Miguel Borge, a Mario Villanueva Madrid, entre otros, y ya ahora, prácticamente después de haber estado como secretario de Energía en el gobierno de Enrique Peña Nieto, permanece semi apartado de la vida política, aunque con frecuencia recibe llamadas pidiéndole consejos y mantiene cierto contacto.
Con información de Infoqroo