No precisamente prevalece la mejor relación en la actualidad entre los tres partidos del cuatroteísimo caribeño.
Entre morenistas, verdes y petistas cada vez son más frecuentes las patadas abajo y arriba de la mesa, zancadillas, piquetes de ojo y hasta “huracarranas” virtuales.
Y es que ya se acabó la etapa en que los liderazgos de Morena, Verde y PY se tomaban de la mano y cantaban tonaditas tipo “yo quiero tener un millón de amigos…”
Ya se acabó.
Y es que ya viene el reparto de candidaturas. Cada uno de los tres aliados quieren las rebanadas más grandes y con más relleno.
Si bien hay más o menos acuerdos en las presidencias municipales entre Morena y Verde y el PT, también hay pugnas por los que quieren presidir los municipios de los “turísticos”.
El pastel incluye además suculentas rebanadas de senadurías y diputaciones federales.
Y Morena quiere las dos senadurías, una ya aportada por Humberto Aldana y otra para Anahí González, ambas del ML-Team.
Pero los verdes también quieren su escaño en el Senado..
Para las cuarta diputaciones federales, se establecen que serían dos para Morena y dos para el PVEM, pero el PT quiere una, pero ni guindas ni verdes aceptan sacrificar alguna de las suyas.
Y faltaría también el número de curules a repartir en el Congreso del estado.
Un detalle no menor, es que los verdes se sienten de igual a igual con los de Morena y quieren la mitad del cada uno de los pasteles, e incluso un poco más.
Y apenas el fin de semana, se demostró que los verdes sí pesan y pesan mucho.