Mara Lezama festeja hoy su primer año de gobernadora de Quintana Roo, con una ceremonia en la capital.
Y Mara tiene muchos motivos para festejar.
De entrada, el Gobierno federal, presidido por Andrés Manuel López Obrador, ha sido muy generoso con Quintana Roo.
El Gobierno federal se hizo cargo de la reconstrucción de la avenida Colosio y el Distribuidor Vial Aeropuerto.
A la vez, la Federación construye el puente Nichupté, un proyecto con más de 20 años en espera.
Y por si fuera poco, también el gobierno de López Obrador lleva a cabo otras mega-obras turísticas en la entidad, como tres tramos y medio del Tren Maya y el aeropuerto de Tulum.
Por si fuera poco, Mara no ha tenido oposición. PAN, PRD, PRI y Movimiento Ciudadano han sido demasiado tibios y hasta temerosos.
Y para cerrar tiene el control político de las fuerzas de la 4T, incluido un buen entumiendo con el PVEM, con el que se ha consolidado un sólido gobierno bipartito en la entidad.
El arranque ha sido explosivo y aún falta el 80 por ciento del camino.
Y los retos siguen siendo enormes en seguridad y desigualdad.