¿Quién lo diría?
Salvador Ramos Bustamante, padre de Emiliano Ramos, fue uno de los primeros aliados de Andrés Manuel López Obrador cuando el hoy presidente de México era dirigente nacional del PRD.
En sus giras de aquel entonces en Cancún, López Obrador era acompañado por Ramos Bustamante, quien fue expulsado por el entonces gobernador Mario Villanueva de la dirigencia estatal de la CROC. Incluso, en una ocasión, porros de la CROC, con el aval del Gobierno del estado, intentaron agredir al hoy Presidente tras una rueda de prensa en un hotel de la Yaxchilán.
Casi 30 años después, Emilio Ramos Hernández, hijo de Salvador Ramos Bustamante, está en la cárcel por razones políticas.
Se le acusa de delitos electorales, bajo la modalidad de compra de votos, de acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE).
Claro, la acusación está relacionada con el PAN-PRI y por cierto, la FGE no “cachó” a nadie de Morena-PVEM comprando votos, pese a que llovieron evidencias en redes sociales.
Ayer, Emiliano emitió un comunicado en el que precisa que es perseguido político y establece además que temas privados se volvieron públicos.
No son pocos los casos en los que “pioneros” de lo que hoy es la Cuarta Transformación terminaron perseguidos por los detentores de la franquicia morenista en los estados.
El asunto podría convertirse en un boomerang para el cuatroteísmo caribeño.