Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- El Puente Nichupté empieza a convertirse en otra obra polémica de la 4T en Quintana Roo.
A los problemas interminables del Tramo 5 del Tren Maya (ambientales, sociales y políticos) ahora se suma el costo desmesurado del Puente, que tiene, incluso, más opositores que el propio Tren.
Según los últimos datos dados a conocer por el Gobierno Federal este lunes el costo del Puente ya es de 7056 millones de pesos.
El costo original era de 5570. O sea, 1486 millones de pesos más.
Como el caso del Tren, el proyecto del Puente ha sufrido innumerables modificaciones, por la complicación ambiental que hay para realizarlo.
Por lo que no hay que descartar que el costo siga subiendo, y que a la larga, incluso, no se pueda realizar.
Hasta ahora lleva un avance físico del 14%, y un avance financiero del 25%, que corresponde a 1754 millones de pesos.
Se trata de un Puente de 8.8 kilómetros sobre la Laguna Nichupté
Un dato que muestra lo costoso del proyecto: el Puente cuesta casi 7 veces lo que cuesta toda la reparación del Boulevard Colosio.
Un verdadero despropósito.
UN PROYECTO FALLIDO
La historia del Puente es una muestra de todos los errores que se pueden cometer, y del costado más “fifí” de la 4T.
El ex gobernador Carlos Joaquín quiso realizarlo mediante una Asociación Público Privada, y con la idea de hacerlo de cuota y entregarlo en concesión 30 años.
Las principales críticas a ese proyecto decían que se trataba de un negocio del ex gobernador; algo así como “el Aguakan” de Carlos Joaquín, para su retiro político.
Pero entre los acuerdos políticos inexplicables que hay entre el ex gobernador y Andrés Manuel López Obrador, de alguna manera Carlos Joaquín logró que el Presidente decidiera hacer la obra con recursos públicos y de paso gratuito para la gente.
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Pero dos aspectos nunca cerraron en el proyecto: uno es ambiental, por la fragilidad de la zona; el otro es la necesidad de ese Puente, cuando, por ejemplo, Quintana Roo está al borde del colapso ambiental porque el estado es incapaz de manejar sus residuos sólidos.
Con esos 7 mil millones se hubiese solucionado todo el problema ambiental del estado. Y mucho más.
Pero la zona hotelera de Cancún le ganó, como prioridad de la “4T fifí”, al resto del Estado.
EL PROBLEMA AMBIENTAL
Hoy, en Quintana Roo sólo hay un relleno sanitario Intermunicipal para Benito Juárez, Isla Mujeres y Puerto Morelos, con muchos problemas de funcionamiento, pero que al menos cumple con la NOM 083.
Hay uno similar para Felipe Carrillo Puerto, Lázaro Cárdenas y José María Morelos, pero se hizo sin estudio de impacto ambiental y no cumple con la NOM 083.
Bacalar y Solidaridad tienen una situación similar, y en Othon P. Blanco directamente es un tiradero a cielo abierto.
En el resto del estado sólo hay tiraderos a cielo abierto que ni siquiera se tienen contabilizados.
El riesgo ambiental que eso significa para el Estado es inconmensurable. Pero no fue prioridad de Carlos Joaquín ni de AMLO.
COSTOS
Hacer un relleno sanitario como el de Cancún cuesta unos 60 millones de pesos. Puede recibir alrededor de 1200 toneladas diarias de basura, y tiene una vida útil de unos 6 años.
Las celdas adicionales pueden costar unos 20 o 25 millones.
O sea, el dinero del Puente hubiese alcanzado para 100 rellenos sanitarios.
Y hay más aún. Una Planta Recicladora, que sería una mejor solución porque se dejaría de enterrar basura y se debería hacer un relleno seco, costaría alrededor de 150 millones.
Tan sólo con el sobrecosto del Puente se podrían haber construido 10.
Pero la prioridades fueron otras.
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Con información de La Opinión QR