Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- El poder Ejecutivo envío días atrás al Congreso de Quintana Roo una iniciativa para reestructurar la deuda pública a largo plazo, que ronda los 20 mil millones de pesos, la mayor parte contraída por los ex gobernadores: Félix González Canto y su sucesor/pupilo, Roberto Borge Angulo.
La deuda de Carlos Joaquín es a corto plazo y ronda los 7 mil millones de pesos, pero funciona bajo otros mecanismos.
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Dado que Morena tiene mayoría en la legislatura, con 10 curules, que se suman a otros 8 del aliado más cercano, el Partido Verde, la iniciativa no tendría problemas en ser aprobada por mayoría simple; ahora, habrá que ver cómo votará la oposición, que conforman Movimiento Ciudadano, el PAN, PRI y PRD quienes, a la luz de los antecedentes, podrían tanto apoyar como no, dado que sus estatutos no presentan inhibiciones normativas para hacerlo.
Sin embargo, en el PT el asunto es un tanto más complejo: el Artículo 44, inciso b, numeral 5, de su normativa partidista, les impide votar a favor de una deuda pública.
En ese sentido, Hernán Villatoro fue consecuente y no aprobó nuevas cargas ni en el momento más crítico de Roberto Borge. Resistió.
Ahora el asunto se presenta diferente, bajo los argumentos del secretario de finanzas, Eugenio Segura, quien detalló que no se trata de una nueva deuda, sino de una reestructura para desahogar las finanzas de la pesada carga que absorben buena parte de las partidas federales.
Aún así, una reingeniería financiera tendrá, por supuesto, un costo; así como el planteo de alargar el lapso supondrá también una carga más liviana, en el largo plazo será más cara, desde luego, porque así funcionan los bancos, que no son institutos de la beneficencia ni las carmelitas descalzas.
El tiempo corre, y más rápido ante la inminencia de un nuevo proceso electoral en el que sabremos quién es quién.
Por Jaguar Negro/Grupo Pirámide