Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- Las playas públicas de Cancún suman más de 90 mil metros cuadrados, y no están blindadas, por lo que cualquier inversionista podría apropiarse de ellas, fue la coincidencia de los participantes en un foro vía Facebook Live con Fonatur para proteger el patrimonio de México.
Por su parte, Fonatur ha determinado que los predios colindantes a la playa pública Delfines no serán vendidos y se destinarán a espacios y servicios públicos. Estamos hablando de cuatro lotes con un total de casi 20 mil metros cuadrados para lograr con esto que casi se duplique el área de la playa pública original y así ampliar “El Mirador” de esa gran ventana hacia el Mar Caribe.
La dependencia federal precisó que estas acciones se implementarán en estrecha coordinación con el Municipio de Benito Juárez para garantizar el mejoramiento de los espacios públicos de playa, con el equipamiento urbano que permita su óptimo mantenimiento para permanecer como espacio recreativo, en beneficio de los ciudadanos y turistas en general.
En este sentido, Fonatur afirmó que trabaja con el Ayuntamiento de Benito Juárez para un programa integral de mejoramiento del espacio urbano en la zona hotelera.
A lo que Mara Lezama dijo que “no vamos a permitir más privatizaciones de playas públicas y seguiremos trabajando para tener más playas Blue Flag, con todos los servicios para que disfruten con sus familias”.
El objeto, explicó, es que no se puedan vender, ni cambiar los usos de suelo de dichos predios, manteniéndolos como playas públicas en las actualizaciones de los planes directores de desarrollo urbano que se lleven a cabo.
“Las playas de Cancún son identidad del destino. Es una ciudad hecha de miles de migrantes que arribaron a este lugar con la ilusión de ver la maravillosa estampa del Caribe mexicano”, destacó.
NOTICARIBE PENINSULAR ha informado que en la zona, Gran Solaris Cancún (GSC) plantea edificar en la súper manzana 00B, manzana 53, lote 52-01, en el kilómetro 17.5 del bulevar Kukulcán, un hotel All Inclusive de 450 habitaciones, con 14 niveles, una planta baja y dos sótanos, además de seis restaurantes, dos áreas de albercas y un estacionamiento de dos niveles, todo sobre una superficie de 18,844.31 metros cuadrados.
Para tal efecto, levantó su barda perimetral con otra licencia de construcción distinta a la original, en un predio situado a 60 metros de Playa Delfines, conocida popularmente como ‘El Mirador’. Un bosquejo que a decir de expertos es ilegal y está sobredensificado, pese a que cuenta con permisos federales y municipales, pues no respeta los parámetros establecidos dentro del Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población (PDUCP) 2014-2030 del municipio de Benito Juárez.
El complejo hotelero que proyecta 16 niveles -14 pisos y dos ‘sótanos’- busca cimentarse sobre duna costera y en zona de anidación de tortugas y por sus características es similar al también polémico Hotel Riviera Cancún, de Grupo Riu, que también invade Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat).
La nueva torre frente al mar cuenta con el aval de delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Secretaría Municipal de Ecología y Desarrollo Urbano (SMEyDU) de Benito Juárez.
GSC cuenta con una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) aprobada por la Semarnat, así como con licencia de construcción de SMEyDU.
En su momento, ambas autoridades que otorgaron el aval eran del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Con información de TVQROO