El cuatroteísmo caribeño tiene más de un frente de posibles rupturas que podrían complicar el objetivo (casi consigna) del carro completo.
La más reciente alerta la encendieron los morenistas fundadores que, en pocas palabras, ven que sus esfuerzos en los albores del partido guinda lo están capitalizando todo tipo de personajes ajenos, como verdes, ex priistas y, hasta “integrantes de la IP, que han visto en la 4T de Quintana Roo una nueva oportunidad.
Otro frente es el PT, que exige no quedar en un sitio marginal en el cada vez más consolidado bipartito Morena-PVEM. Los petistas tienen un firme pliego de peticiones, la cual consta de una senaduría o diputación federal y dos presidencias municipales (Tulum y Bacalar), y que se les respete lo que ya tienen en cuanto diputados locales, síndicos y regidores.
Un tercer frente se estaría formando en torno a la figura de Marcelo Ebrard. Muchos apuestan a que el ex Canciller acabará en Movimiento Ciudadano. El ex Jefe de Gobierno tiene un nutrido grupo de seguidores en Quintana Roo.
Un frente más es el de la senadora Marybel Villegas, también víctima de bipartito, aunque también de sus propios errores. Hay quienes dicen que ya está en tratos con el Frente Amplio por México y otros que terminará, en un buen acuerdo con la “22 de Enero”.
Algunos inconformes podrían acabar directamente en la oposición, o bien, en el despropósito. Más allá de las selfies, los operadores de la 4T no la tienen fácil en la complicada tarea de conservar la unidad.