Por Javier Chumacero/NOTICARIBE PENINSULAR
PLAYA DEL CARMEN.- Incrédulo, un joven preguntó si era necesario que portara su cubrebocas en el mar. La respuesta del personal de Protección Civil fue afirmativa. Minutos después, el bañista simplemente se lo quitó.
Apenas es martes, dijo un guardavida, habrá que ver si la gente nos hace caso el sábado que habrá miles de turistas. Tiene razón: el número de amantes de arena, sol y mar fue reducido.
Según el Ayuntamiento hay 12 arenales abiertos al público con todas las garantías sanitarias. En la playa de la calle 38 hay una pequeña carpa, en la que le toman la temperatura y dan gel antibacterial a los visitantes.
Aquí no hay la vigilancia de Xcalacoco, Punta Esmeralda y calle 88. Los pocos bañistas toman su sana distancia. El astro rey está a todo lo que da, no hay sargazo y por lo tanto, el azul turquesa del mar se disfruta a simple vista.
Es mediodía y los que sí volvieron son los sombrilleros: grupo de vendedores informales que lo mismo alquilan mesas y sombrillas, que van por las chelas y bebidas a las tiendas de conveniencia.
En administraciones pasadas no se les permitía estar en la duna costera. Al parecer cuentan con la bendición del actual gobierno. “A ver cómo nos va el sábado”, se despide el guardavida con una sonrisa.