Lo que ocurre en el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) es peor de lo que parece.
Estamos ante un tribunal sesgado y desequilibrado, y peor aún, controlado, ya no por un partido, sino por una parte de ese partido.
Y es que, el viernes pasado, el Pleno del Teqroo sesionó para desahogar, entre otros asuntos, quejas por la difusión de diatribas e injurias en agravio de Ana Patricia Peralta.
La votación fue dividida, y alzaron la mano por dar carpetazo al asunto Sergio Avilés Demenegui y la magistrada “en funciones”, Maogany Crystel Acopa Contreras, que es del equipo del Magistrado Presidente.
Los agravios estaban debidamente sustentados, y por obvias razones, por tratarse de la integridad de una persona, no podían dejarse de pasar por alto.
Pero, la dupla Avilés-Acopa terminó imponiendo su filiación (no tan) oculta como parte de una fracción de un partido, en el que, por cierto, aun dirimen sus definiciones internas en algunos municipios.
No puede haber jueces que debajo de lo toga tengan el jersey de su “equipo” favorito.