Cuando los partidos políticos dejan de cumplir su responsabilidad de ser contrapesos -como ocurre en Quintana Roo-, no todo está perdido.
La decepcionante realidad del PAN y Movimiento Ciudadano es que los partidos están como pintados, son una oposición casi de caricatura y al final de cuentas, pese a las maromas de sus líderes y representantes populares, terminan siendo parte de los mismo y son, en consecuencia, cómplices.
Pero cuando hay partidos como el PAN y MC, entonces aparece la sociedad civil, que da la cara ante este juego de complicidades entre el oficialismo y la falsa oposición.
Ahora en centro de la polémica está el Plan de Desarrollo Urbano (PDU) de Cancún, aprobado por el cabildo dominado por el bipartito Morena-PVEM, pero también con el aval de PAN y MC.
Pero, la sociedad civil, con el Comité de Participación Ciudadana, la organización DEMAS y el Comité de Vecinos de la supermanzana 15 señalaron que el Ayuntamiento de Benito Juárez, “se pasó” en su PDU.
Entre otros “detalles” estas organizaciones, refirieron que el nuevo ordenamiento permite un 300 por ciento la sobre densificación de la ciudad, y omitió en 2021 un estudio sobre la contaminación de los cuerpos lagunares y manto freático, por la descarga de aguas residuales.
Y, obvio vienen las acciones legales.
Finalmente, la red de conciliadas pláticas se rompe, cuando se activa la sociedad civil.