Por María Elena Marin
Con la presentación de las precandidaturas a los cargos de elección popular y de las listas de aspirantes que han mostrado la cabeza se empieza a vislumbrar el “target (público objetivo)” de los partidos y coaliciones, hay quienes con sus candidatos marcan el tipo de voto que buscan. Mientras que otros todavía no definen el nicho de votantes para su proyecto partidista.
El caso de Movimiento Ciudadano es bien claro, van por el voto de los miellennials, a quienes por lo menos en Quintana Roo, quieren llegar con candidatos de la generación X, pero que han realizado un trabajo intenso en redes sociales, en el que solo importa la apariencia y no las propuestas. Sería como el caso de las hurracas, que según contaba el párroco de mi colonia, son aves que llenan sus nidos de cosas brillantes que ven desde las alturas, aunque no sirvan para nada.
La inclusión de Roberto Palazuelos Badeaux, del supuesto rescatista de mascotas Rafael Aburto y Lidia Rojas muestra este estilo del partido, es decir, buscar el voto de los jóvenes a través de personas que se manejan más a través de las redes sociales y han construido su imagen de acuerdo al impacto de sus acciones. Sus propuestas pueden ser no tan apegadas a la realidad, sin embargo, para los internautas que votan solo importa que se vean y suenen bonitas.
En el caso de Morena por lo que se ve hasta el momento su nicho de votos es la generación X, con candidatos millennials, que se manejan en las redes sociales, pero la diferencia es que este esquema de candidatos se mueven entre las viejas estrategias del Partido Revolucionario Instituciones (PRI), llenos de solemnidad y un modelo moderno, pero sobrio con el que quieren impactar en la redes sociales.
Los candidatos son en su mayoría jóvenes, bueno algunos no tanto, como el caso de Chepe de Bacalar que al parecer no solo es un dinosaurio por su origen priísta, en este caso el candidatos camaleónico, según la cúpula morenista puede vestir el color de cualquier partido y hacer ganadora la franquicia, por lo menos eso se espera.
El verde, en su mayoría alberga a chavorrucos, tiene como público objetivo los millenials y generación Z, aunque por necesidad ha iniciado con la aceptación de políticos que incrustados en la generación X. Se adapta de acuerdo con las condiciones, situación que parece le ha comenzado a dar dividendos.
En el caso de la coalición Fuerza y Corazón por Quintana Roo, que al parecer para las presidencias municipales pretende llevar a candidatos quemados y en algunos casos que han recorrido varios partidos. Su interés es la generación X y van por el voto duro de los partidos que la integran, PAN y PRI.
Esta coalición estará llevando un candidatos con poco impacto en las redes sociales, no puede empatizar con los millennials y ni que decir con la generación Z, la diferencia de edad es muy grande entre la X y la Z y es difícil lograr la atención de este grupo etario (grupo de personas que tienen la misma edad), que definitivamente dependen de la tecnología hasta para las cosas más sencillas de la vida.
EL PRD por su parte, anda perdido no sabe ni siquiera que generación es y eso, a estas alturas, le puede significar la pérdida del registro, más luego de quedarse fuera de la coalición.
CHACTEMAL.
En el inicio de este proceso electoral al parecer los árbitros son los primeros perdedores, todos los partidos han iniciado violando el artículo 134 constitucional que prohíbe el uso de audios, imágenes y nombres de funcionarios públicos o aspirantes antes de los plazos establecidos en la normatividad electoral, el desorden empezó desde el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, quien tomó la mañanera como órgano de difusión de su partido y el dinero público como financiamiento. Desde ahí ha impulsado a sus corcholatas. Del INE y el Ieqroo mejor ni comentar, ni ven ni escuchan.
María Elena Marín Urgell
Tiene amplia experiencia en periodismo, es Licenciada en Intervención Educativa, Licenciada en Psicología y Maestra en Psicología Humanista.