Hugo Martoccia
El inicio de 2023 ha marcado algo así como la primera línea de largada de la carrera electoral del 2024. Y no podía ser para menos; el escenario nacional está caldeado, los partidos quieren tener candidatos firmes para el último trimestre de este año, y eso acelera todos los tiempos. Se trata, además, de la elección más grande de la historia. ¿Algún elemento más para darle color al proceso? Sí: en Quintana Roo se da por hecho que Roberto Palazuelos será candidato a senador por Movimiento Ciudadano, con todo lo que eso significa.
El impacto de esa candidatura es potencialmente disruptivo para la política local. El mediático actor y empresario podría significar el nacimiento de una oposición real a la 4T en las urnas. Habrá que ver luego si esa oposición es finalmente verdadera en los hechos y sólida en lo político. Pero su posible impacto en las urnas es ya una preocupación real en MORENA y aliados.
La certeza de esa información viene de varios lados. Gente que habla asiduamente con el senador José Luis Pech, que es dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, ha oído que la candidatura de Palazuelos es un tema ya acordado con la dirigencia nacional. Y no va a encontrar oposición en el estado, donde saben que la popularidad del actor los podría catapultar, sin demasiados impedimentos, al lugar de segunda fuerza política en Quintana Roo.
Palazuelos también está convencido que es su momento. El año pasado, cuando intentó ser candidato a gobernador, el empresario hotelero entendió que las condiciones no estaban dadas. Había una decisión y un acuerdo del presidente Andrés Manuel López Obrador de quedarse con Quintana Roo, y nadie quería interferir en su camino.
Pero en 2024 la situación será distinta. La lucha de AMLO ya no será territorial, sino estrictamente política. El Presidente quiere dejar su sucesión, que le garantice un retiro digno y tranquilo. Su idea es ser un prócer político de México. Las rispideces políticas en los estados no entran en esa agenda “histórica”.
Aquí ya se ha dicho varias veces: después del 2024 la 4T como la conocemos dejará de existir. Eso significará, entre otras cosas, que el paraguas protector político y electoral de AMLO hacia sus aliados podría perder eficacia.
En ese caso, ¿Cómo haría la 4T Quintana Roo para enfrentar, por primera vez, una oposición ordenada y poderosa?
DE ENCUESTAS Y RENUNCIAS
A fines de 2021 e inicios de 2022, cuando Mara ya era la elegida de MORENA como candidata a gobernadora, Palazuelos aún coqueteaba con esa candidatura por MC. El actor había hecho algunas declaraciones polémicas, y era objeto de una guerra sucia feroz. A mediados de febrero anunció que se bajaba y no sería candidato.
Quizá nunca se sepa el entramado interno de esa decisión, pero algunas señales decían que la del actor era una candidatura sencillamente “imposible”, y que algo había que hacer para que no sucediera. Para esa época, una encuesta alertó a Jorge Emilio González Martínez, el Niño Verde. Según los datos que tenía su partido, Palazuelos estaba a tan solo siete puntos de Mara. Esos números eran inadmisibles en el plan y el acuerdo presidencial para que Quintana Roo sea de MORENA.
Si alguien quiere atar cabos sueltos, quizá por allí encuentre el hilo conductor de la historia que terminó dejando a Palazuelos sin candidatura. Los sótanos del Sistema Político mexicano no han cambiado sus prácticas en este sexenio. Es más, en algunos casos las han reforzado.
Lo cierto es que un día el líder nacional de MC, Dante Delgado (uno de esos políticos que entiende a la perfección hasta donde se puede estirar la cuerda ante el Poder) decidió que lo mejor era que Palazuelos no fuera candidato. Esa decisión fue para 2022; pero 2024 es otro escenario.
LA LECTURA DE MARA
Quizá por eso, dónde más replica la información de la candidatura de Palazuelos es, por supuesto, en la oficina de Mara Lezama. La gobernadora, hoy, da por hecho que en 2024 el actor estará en la boleta, y sabe exactamente el riesgo que eso implica.
Los números de MORENA en la entidad son, en algunos lugares, demoledores; gana por diferencia abrumadora. Pero la realidad es que son los números de la marca. No hay un sólo candidato, hombre o mujer, que genere votos propios; todos son votos del lopezobradorismo. Y Mara, que sería la única con tracción propia, no estará en la boleta.
Eso significa, lisa y llanamente, que MORENA puede tener problemas en muchos lados, empezando por el estratégico Cancún. Y en ese escenario, no es una buena noticia una candidatura muy fuerte de la oposición, que atraiga votos anti 4T.
¿Qué pasaría, por ejemplo, si el Gobierno de Mara llega a la elección de junio del 24 sin haberse consolidado? ¿Qué pasa si no ha resuelto la inseguridad, o los conflictos de Uber y Aguakan, por decir algo? ¿Qué pasa si el Verde y los acuerdos políticos con el neojoaquinismo se convierten en una carga para Mara y su proyecto? El riesgo potencial es mayúsculo.
Si algo aprendió Mara en su corta y muy exitosa carrera, es que la política se hace en gran parte en las cúpulas y las oficinas. Así pudo, por ejemplo, avanzar hasta donde está sin que nunca se le interpusiera una oposición real. Todo se gestó en escritorios y luego bajó a la calle.
Por eso, su plan número 1 es evitar la candidatura de Palazuelos. La primera mala noticia sobre eso es que la propia reforma electoral de AMLO (el Plan B) propone que las autoridades electores ya no podrán quitar candidaturas, que es la forma más fácil de deshacerse de los adversarios.
Aún con ese impedimento inminente ¿Se puede lograr que Palazuelos no sea candidato? Claro que sí, pero requiere de una fina operación política al más alto nivel. A Mara le conviene un acuerdo con Va por México para entregarle a esa alianza (PAN, PRI, PRD) un segundo lugar decoroso, y convivir con esa oposición de papel hasta el 2027. Es el escenario actual, pero extendido 5 años.
Lograrlo parecería casi un imposible cuento de hadas. Pero la realidad es que no es nada imposible; la carrera política de Mara es lo más parecido a un cuento de hadas. Nadie puede subestimar la posibilidad de que las cosas le sigan saliendo siempre a su favor.
GOBERNABILIDAD Y PODER
La gobernadora goza hoy de un poder enorme. Su gobernabilidad tiene bases populares y cupulares. Y pareciera que puede tomar todas las decisiones que quiera y se van a cumplir. Pero la realidad es siempre compleja, y a veces guarda sorpresas.
Para mantener la gobernabilidad y el poder, y para poder sostener y construir las bases de su gobierno, la primera escala que tiene Mara para refrendar su poder es 2024, y no puede dejar nada librado al azar. Debe ganar todo lo que tiene, nada más y nada menos que 8 ayuntamientos, 15 distritos locales, 4 diputaciones federales y dos senadurías, e incluso, si puede, sumar algo más. Así de complejo es el escenario.
En ese contexto, Roberto Palazuelos es un potencial problema electoral que deberá resolver de una u otra forma.