El bloqueo durante seis horas de la prolongación López Portillo por colonos de asentamientos irregulares víctimas de la CFE, no es un asunto menor, y menos para una ciudad de la relevancia de Cancún.
El principal destino vacacional de América Latina quedó sitiado pues sus dos entradas-salidas quedaron taponeadas. La que va hacia el sur del estado por los tramos “cortados” debido a las obras del “reencarpetamiento” de la Colosio y a la reconstrucción del “trébol” del aeropuerto y la que va al norponiente por el bloqueo de colonos.
Pero no hace mucho, la zona hotelera fue bloqueada siete-ocho horas por deudos de desaparecidos.
Por supuesto que la culpa no la tienen ni los colonos hartos de la CFE (o coyotes) ni los familiares de víctimas de la violencia criminal que persiste en el norte de Quintana Roo.
Las injusticias, la inocuidad y el menosprecio de la autoridad obligan a la gente a hacerse notar y hay efectos colaterales como lo ocurrido el viernes con cientos, miles de ciudadanos que regresan o se dirigían mayoritariamente al poniente del estado y Yucatán.
ANA PATY Y EL VERDE
Pero, la autoridad, en este caso, la presidente municipal, Ana Patricia Peralta, sigue aún en la curva del aprendizaje, lo cual implica demasiado riesgo para una ciudad tan exigente, y que tiende a volverse caótica.
No hubo la capacidad de atender con atingencia las demandas ciudadanas y muchos menos anticipar un diálogo efectivo con quienes al final de cuentas se manifestaron.
Y vino el caos.
SUBSECRETARIO VS SECRETARIO
Los enterados dicen que hay un “conflicto” en cuanto a la política interior en el municipio. Más que tener coordinación y cooperación se están haciendo bolas, y hasta metiendo el pie el subsecretario de Gobierno de la zona norte, Francisco “Paco” Carrillo y el secretario general del Ayuntamiento, Jorge Carlos Aguilar Osorio.
Hasta el momento, el sello de la alcaldesa Ana Patricia Peralta, es el corte de listón, la foto e imagen. Mucha forma y poco, o nada de fondo. La ciudad sigue en su inercia, pero que cada vez es más autodestructiva y segregacionista.
Aplica un lugar común: Cancún es un monstruo. Ahora menos que nunca se valen improvisaciones ni vacilaciones.