Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
MONTERREY, NL.- Más de un centenar de osos negros de la Sierra Madre y el Parque Nacional Cumbres fueron capturados y trasladados por el gobierno de Nuevo León a lugares lejanos para que no molesten a los habitantes de las colonias que han invadido su hábitat, lo que ha provocado su muerte o desaparición.
Nuevo León puede dejar de ser tierra de osos negros (Ursus americanus eremicus) de acuerdo con una solicitud de información dirigida a la dependencia, Parques y Vida Silvestre, del gobierno encabezado por Samuel García Sepúlveda, que reconoce haber capturado 127 osos en los últimos dos años, para trasladarlos a lugares lejanos en los municipios de Rayones, Montemorelos, Allende o la Sierra Picachos, sin darle seguimiento ni acondicionamiento a los oseznos.
El resultado de esta medida rechazada por los expertos, pero aceptada por Elba Griselda Garza Morado, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), ha ocasionado la muerte de los osos que terminan atropellados en las carreteras, desaparecidos –porque las autoridades estatales dicen no tener un censo real– o bien regalados a zoológicos de otros estados de la República y, en el peor de los casos, vendidos en el mercado negro.
El protocolo para la captura de osos, su tratamiento y traslado también ha sido criticado, porque la dependencia Parques y Vida Silvestre de Nuevo León, a cargo de Edgardo David Acosta Canales, coloca en las zonas residenciales trampas rudimentarias para capturar a los oseznos y luego quitarles un molar para supuestamente identificarlos.
“El gobierno de Nuevo León está acabando con los osos. Al solicitar la lista de donde los agarran y donde los avientan, nos dimos cuenta de que en la mitad de los casos, Parques y Vida Silvestre responde que no hay información sobre el destino de los osos”, dice el activista Raymundo González Villarreal de la asociación Somos 100 en defensa del ecosistema, flora y fauna de Nuevo León.
Añade: “el director Edgardo David Acosta Canales reconoce que no sabe dónde soltaron a los osos o qué pasó con ellos, o si fueron a parar al mercado negro como los seis ejemplares de San Pedro Garza García –tres de Sonoma y tres del parque nacional Chipinque– vendidos y enviados a un millonario de India”.
Recientemente Acosta Canales compareció ante el Congreso de los diputados por la denuncia de activistas sobre la desaparición, traslado a ranchos particulares donde practican la cacería y reubicación de 57 animales del zoológico La Pastora, lugar que el gobierno estatal ha dejado en el abandono con decenas de animales en condiciones deplorables.
Menos avistamientos
A consecuencia de esta política “depredadora” del gobierno del estado contra el oso negro, los expertos señalan que los avistamientos en la montaña y sus zonas aledañas han disminuido.
Sin embargo, para sorpresa de sus habitantes, los osos ahora deambulan por municipios que nunca antes los habían visto como Sabinas Hidalgo o Apodaca.
Según la norma oficial mexicana NOM059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) esta especie de oso negro está protegida desde 2010 y fue clasificada en peligro de extinción.
El veterinario especialista en vida silvestre, Miguel Ángel Gómez Garza, quien se dedica a la defensa de los animales y el ecosistema, critica la forma en la que el estado ha atendido el problema:
“Con estas prácticas de traslado de osos, hay un riesgo de que la especie desaparezca totalmente. Cada vez que el oso es sacado de su hábitat para trasladarlo a un lugar distinto a donde nació y creció, el animal va a hacer todo el esfuerzo para regresar a su lugar de origen con ese olfato admirable que tienen que es siete veces más fino que el de los perros”.
Pero en el camino, el oso se encuentra con la ciudad: “en la carretera frecuentemente son atropellados y mueren. Además, se liberan en zonas donde ya existen osos territoriales habitando y al llegar un oso de una genética y familia distinta, pues es obvio que son atacados por los osos residentes, tenemos mucha evidencia de osos traslocados y muertos”.
El Chipinque
La reserva del Parque Ecológico Chipinque, símbolo de Monterrey, está en riesgo con la reubicación de los osos negros, la corrupción de autoridades y también con la densidad urbana, ya que en las administraciones panistas del municipio de San Pedro Garza García y en la actual –supuestamente independiente– han otorgado cientos de permisos para la construcción de miles de nuevas viviendas y edificios sin respetar las leyes.
El edil Treviño de Hoyos, “depredador ecológico”
Así lo considera la activista Patricia Pérez Ramírez, defensora de derechos de la ciudadanía y cuidado del ecosistema, al calificar al actual alcalde, Miguel Treviño de Hoyos, como un auténtico “depredador ecológico”: “el edil no tiene la intención de preservar el equilibrio del ecosistema, sólo piensa en su futuro político, porque quiere ser senador o gobernador”.
Recordó que el munícipe no hizo nada ni intervino en la defensa del llamado oso 34, que en agosto de 2020 fue castrado indebidamente por Rogelio Carrera Treviño, coordinador del laboratorio de fauna silvestre de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y luego trasladado a un rancho privado en Chihuahua donde posteriormente murió. Tres años después no hay sanción para este veterinario.
Después del traslado y muerte del oso 34, señala Pérez Ramírez, se dejaron de ver esos animales en la zona de montaña: “Por eso pensamos que se dio una línea política para quitar a los osos”.
Treviño de Hoyos se religió como alcalde por la supuesta vía independiente, aunque apoyado por un amplio sector panista.
Actualmente se muestra como aliado de Movimiento Ciudadano (MC) con el gobernador Samuel García y su esposa, la influencer Mariana Rodríguez, con quien ya se presenta como fórmula electoral para las próximas elecciones.
“Lo que le importa es su agenda política y su negocio personal. El alcalde logró ubicar indebidamente con complicidades en el Parque Ecológico Chipinque, un kínder llamado Aldea, propiedad de su esposa, Irene Ovalle Araiza.”
Añade: “hay un conflicto de intereses. En lugar de quitar el jardín de niños quitó a los osos. El alcalde está viendo primero por su negocio y el de su esposa, Habría que ver cómo le hizo para poner un negocio en un lugar prohibido”.
Para el especialista en vida silvestre, Miguel Ángel Gómez Garza, la solución del problema pasa por crear un centro de rehabilitación de osos en el Chipinque con una clínica para atenderlos: “pero el consejo del parque no está atendiendo el problema. Cuando hay un oso que se está acercando a la gente le llama irónicamente a las autoridades del gobierno para que saquen al oso de la sierra, es la cosa más absurda”.
Tratamiento aversivo
Las autoridades estatales no sólo han trasladado a los osos negros a municipios alejados, el gobierno también ha enviado los animales capturados a Chihuahua, Sonora o Pachuca, este último lugar es donde fue enviado hace tres meses un oso para su atención médica, luego de que fue herido con arma de fuego en Ciénaga de González.
“No hay un lugar en Nuevo León donde se atienda y rehabilite a los osos”, dice el biólogo Roberto Chavarría Gallegos, ex director de Parques y Vida Silvestre:
“El manejo que el gobierno estatal está dando actualmente a los osos siempre acaba en muerte. No hay pantalones en el gobierno para solucionar este problema. El gobernador Samuel García ha incumplido y no le importan los osos. Ha puesto a Edgardo David Acosta Canales en Parques y Vida Silvestre y a otros que fueron despedidos de la administración pasada por su mal desempeño que ahora se repite.”
Finalmente propone el “tratamiento aversivo” como solución al tratamiento de los osos: “esto significa que cada vez que uno se acerque a la zona urbana hay que devolverlo a su lugar con ruido, asustándolo, de esta forma, él solito volverá a su hábitat”.
Con información de La Jornada