Por Javier Chumacero/NOTICARIBE PENINSULAR
SOLIDARIDAD.- Lo que inició como una buena intención, cerró en la curva más alta de servicio…el comedor ciudadano de la joven estilista Fabiola Buentello instalado sobre un predio pedregoso sólo dará raciones de comida los días miércoles.
Esta iniciativa surgió en Misión de las Flores, a un costado de la privada Madreselva, a causa del desempleo originado por el COVID-19. La familia de Fabi empezó a cocinar para unas 50 personas, que hasta hace una semana se convirtieron en más de 600 diariamente durante dos meses y medio.
Una mesa de madera, unas cuantas sillas y un montón de buenas intenciones, transformaron una área inútil de terreno en un comedor que apoyó a muchas familias de la zona.
“Al principio tuvimos algo de problemas, porque la policía nos decía que era mucha gente y no había sana distancia. Con piedras hicimos marcas para que las personas cumplieran con eso. También dimos tarjetas con horarios de entrega de comida y con eso se evitaban las aglomeraciones”, explicó.
Falta poco para la nueva normalidad y la familia Buentello debe regresar a sus empleos. “Eso y el cansancio acumulado de todos los días, fue la razón para cerrar”, argumentó.