Suele ocurrir en Quintana Roo que se reproduzcan “fenómenos” políticos nacionales. Sin embargo, muchas de estas réplicas tropicalizadas terminan siendo más bien parodias o versiones caricaturescas.
Este fin de semana hubo otra réplica caribeña: ya tenemos a nuestro “Yunes” quintanarroense.
Se trata de Filiberto Martínez, del PRI (o del PRIAN), que fue el único diputado de oposición que votó para que el fiscal López sea el primer titular de la FGE por 12 años.
De hecho, Filiberto ya se había estrenado como refuerzo del PRI hace dos semanas, en el “sabadazo” legislativo en el que se aprobó el paquete transexenal, incluidas las reformas que amplían de nueve a 12 años el periodo del fiscal.
Este jueves, se aprobó que el chiapaneco Raciel López Salazar, militante del PVEM, y quien desde hace un año y dos meses ocupa el cargo de titular de la FGE, sea el primer fiscal de 12 años.
Curiosamente, en pleno proceso electoral, Filiberto Martínez “desapareció”. Él se desempeñaba como coordinador de campaña de Lili Campos, candidata del PAN-PRI, quien dicho sea de paso perdió de fea manera ante la maquinaria cuatroteísta.
Muchos atribuyeron la “desaparición” de “Fili” a que la Fiscalía le había abierto carpetas por supuestos desvíos cuando fue alcalde de Playa del Carmen.
Durante las campañas y el periodo de transición, el diputado plurinominal electo se volvió “ojo de hormiga”.
Y ahora, quitado de la pena, se suma a votar con Morena para que el fiscal López, su perseguidor, ahora esté 12 años en el cargo.
Más vale un “aquí alzo mi dedito” que “aquí quedé”