Por Javier Chumacero/NOTICARIBE PENINSULAR
PLAYA DEL CARMEN.- “Pablito” a los cuatro años le decía con lágrimas en los ojos, a su mamá “María” que quería ver a su papá. Un año más tarde, le dijo una tarde de domingo “Mamá, ¿No ves que papá no nos quiere? Sólo se la pasa comiendo y viendo el internet”.
Este es el relato de una mujer que sufrió todo tipo de violencias por parte de su pareja, y fueron las palabras de su hijo el detonante para separarse de su pareja. Hoy, es una mujer libre y exitosa ejerciendo su profesión, con el apoyo del Instituto Quintanarroense de la Mujer (IQM). Los nombres de ambos son ficticios.
Yo me doblaba cuando pedía mi niño ver al señor, contó la víctima, y me decía que debía aguantar. Las violencias en la vida conyugal de María comenzaron a ser más frecuentes.
“A la salida de hacer la despensa en un centro comercial, mi esposo se subió al taxi y me dejó ahí con las bolsas. Tuvo que ser el taxista quien se dio cuenta y regresó por mi. Yo me sentí incómoda y le reclamé, pero a él se le hizo todo muy chistoso. Si el tiempo volviera atrás, en ese momento lo hubiera dejado”, señaló.
“Me aventó una plancha que casi me da en la cabeza”
Meses después, cuando ya esperaban a su bebé, su esposo perdió el empleo y empezó a beber alcohol en mayores cantidades. Esta situación no cambió y “María” tenía que cuidar a su pequeño en su centro laboral, y limpiar la casa al llegar porque su pareja no colaboraba en los quehaceres domésticos.
“Una noche llegó muy tomado y me dio miedo. Le cerré la puerta, luego tuve que abrirle y me aventó una plancha que casi me da en la cabeza. Al día siguiente llorando me pidió perdón. Y le creí”, narró la mujer que en su familia nunca fue testigo de un acto de violencia entre sus padres.
La mujer no hizo pausas durante la charla. Tenía ganas de contar su experiencia. Explicó que sólo su mamá sabía lo que pasaba en su hogar. “No lo conté porque me daba vergüenza. Tenía miedo. Hoy les digo a las mujeres que me cuentan cosas iguales a las que yo pasé que no se queden calladas. Que deben de denunciarlos”, afirmó.
Y relató lo que fue el episodio final. Una tarde, su pareja llevó a su hijo al Brincolín. Ella llegó al lugar una hora después para llevarse a “Pablito”, quien seguía en el juego y su papá ya no estaba ahí. Lo había dejado solo.