Por Javier Chumacero
PLAYA DEL CARMEN, MX.- A escasos metros del mar, donde hace pocos años hubo mangle y duna costera, se construye el edificio de departamentos “It Beach” de cuatro niveles, desarrollado por Gama Master Broker (GMB), que obtuvo sus permisos de priistas, panistas y hasta de la Cuarta Transformación.
Trabajan duro los albañiles. A fin de año deben quedar listos 25 departamentos y dos locales de este edificio de departamentos tipo Boutique. Aniceto Caamallos observa y tiene un motivo más de desilusión este experimentado activista medio ambiental.
La desarrolladora de proyectos It Sapi logró tramitar el cambio de uso de suelo en la gestión de Cristina Torres y renovar sus licencias de construcción ya conLaura Beristain. Lo mismo fue para conseguir la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), que se tramitó a finales del sexenio de Enrique Peña Nieto, y se logró con la Semarnat del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Y todo ello sin que ninguna autoridad les pidiera dinero a cambio, sostienen Marc Pujol, fundador y CEO de GMB y Oscar Ortiz, abogado corporativo. El lugar es lo que se conocía como el Coco Beach, al final de la avenida CTM. Juntito al mar. Ahí donde los bañistas tienen que tomar el sol más cerca del océano por los escasos metros que tienen de arena.
“NOS GUSTÓ LA ZONA”
Cuentan que hace dos años, promovieron el cambio de uso de suelo de mixto pasó a mixto-comercial de densidad especial, que fue aprobado por el Cabildo. “Nos gustó la zona. Queda cerca de la oficina y este es el más alto nivel residencial de la ciudad”, señalan.
Afirman que no han tenido que pagar nada, porque incluso ya con la licencia de construcción en la mano (junio de 2018), no empezaron la construcción hasta tener la MIA (abril del 2019).
“Ya hemos tenido dos visitas de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa). Hemos limpiado playas y cenotes, así como el polígono cuatro de la laguna Nichupté, como parte de las medidas de mitigación que nos pidieron. Lo hemos hecho con la Conanp y el Instituto de la Biodiversidad”, relatan.
También puntualizaron que el acceso a la playa continuará siendo público, y la empresa embellecerá esta área. Estamos con un avance del 40 por ciento, informaron.
Gasol y Ortiz revelan que ya sabían la polémica que provocaría esta construcción. No hablan de dudas o cambios. Refieren a la factibilidad que tuvieron con CAPA, para sacar las aguas negras y la planta residual que funcionará para el edificio de departamentos.
Además, recuerdan que el inmueble está en el Plan de Desarrollo Urbano. “A diferencia de otros, nunca pagamos multas. Seguimos lo que marca la ley. Estamos muy tranquilos, porque desde el día uno hicimos las cosas bien”, afirmaron el empresario de origen catalán y el letrado.
“NO SÉ CÓMO SE LE PUEDE LLAMAR LEGAL”
Semi retirado de la lucha ambiental y abocado a la causa indígena, Aniceto Camaal visita la construcción. Recuerda que todo este barrio residencial se edificó sobre mangle. Y pronostica que a la naturaleza cuando se le daña demasiado, suele revertir el efecto.
“No son construcciones, sino destrucciones. Luego de tener 20 kilómetros de duna costera en los años 90’s, se ha perdido mucho. Se acabaron también el manglar”, enfatiza.
De inicio afirma que está demostrado que el aire cuando rebota contra un edificio en la playa, provoca la erosión de la misma. “Antes era densidad dos y se respetaba la vegetación y las especies, pero el cemento le ganó por goleada a la duna costera”, acotó.
Y añade “le preguntas a la Semarnat cómo está otorgando estos permisos; le preguntas a la Profepa cómo lo permite. ¿De a cómo y de qué manera. El punto en que está Playa del Carmen es crítico”.
Camaal califica este aval de los tres órdenes de gobierno como “lucro”, e indica que “están en el negocio y no tienen la visión que están destruyendo Playa, que apenas nació y ya se está cayendo”, cuestiona.