Por Leslie Gordillo/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- La detección de cáncer de mama ha disminuido de manera considerable, pero no porque no haya casos, sino porque las mujeres han dejado de hacerse sus revisiones, mastografías y ultrasonidos.
Los motivos por los que han dejado de hacerse sus chequeos son varios: por una parte el temor a la pandemia, debido a que los contagios por COVID-19 continúan, por otra parte el temor a recibir un pronóstico negativo, aunado a la falta de servicios o equipo faltante en los centros médicos.
“Dentro de la atención a cáncer de mama o cáncer próstata se ha detenido, porque en principio las mujeres tienen todavía miedo de ir a una institución por el COVID-19, entonces los tratamientos siguen, las cirugías siguen, la atención también, pero con mucho miedo”, declaró Liliana Alarcón, sobreviviente de cáncer de mama y directora de Salvati Quintana Roo.
Lo que se ha identificado es que el 70 por ciento de las mujeres que están llegando lo hacen en una etapa tardía, por lo que necesariamente dentro del tratamiento se deben someter a una mastectomía radical y les retiran uno o dos senos.
Ante esto, se ha fortalecido la campaña “Siempre bella”, en la que se les donan a las mujeres que han sido mastectomizadas, la prótesis mamaria externa junto con dos sostenes para recuperar autoestima y para evitar afectaciones a la columna vertebral.
“Es el miedo a que me vaya a contagiar porque hasta ahorita no me he contagiado, el miedo a que tenga yo algo, a que si me revisan lo que tengo es malo, pero eso es totalmente natural… pero además ya no hay mastografías de tamizaje, ya no hay control, no hay detección temprana, entonces es volver a empezar y prevenir, que no sirven los mastógrafos, no hay material para las mastografías, se retrasan los medicamentos, está descompuesto el ultrasonido para las biopsias, no se ha suspendido, pero ha bajado drásticamente”, resaltó.